Abraham, además de ser un dirigente político sanguíneo y visceral, mantiene otra pasión: la música.
"Llego a la política de muy chico. Vengo de una familia de peronistas clásicos, incluso de antes del peronismo, mi abuelo materno era un militante de Forja, del sector sindical ferroviario. Mis padres abrazaron esta causa. Es una cuestión casi genética que traía en la sangre, y toda la vida metido en esto. Y ya con la vuelta la democracia en el 83 fui secretario de la Juventud Peronista. ¡Una pasión!", explicó.
Ante su posible llegada a la cámara baja, Abraham sostuvo: "Es un gran desafío. En términos políticos el cargo que más poder te da es el de intendente, porque te da mucha ascendencia territorial, mucha cercanía con la ciudadanía. Estamos haciendo un renunciamiento a ser el intendente de uno de los departamentos más poderosos de la Provincia cuando me quedan dos años más de mandato. Pero parece que el desafío vale la pena".
"Gobernar es decidir. Hacer la plancha no sirve. Tratar de quedar bien con dios y con el diablo es dificilísimo en la actividad de gobierno. El buen gobierno, decía Perón, es el que generaba riquezas, trabajo. Y vamos a apoyar, como diputado, las acciones de Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner", afirmó.
El titular del peronismo mendocino, sobre su época universitaria recordó: "Estudié abogacía en la UBA, en Buenos Aires.
Recuerdo a Daniel Gadea, un compañero de estudios que fue un gran apoyo porque él era muy constante, una persona muy aplicada. En cambio yo era más ´un tiro al aire´, él estaba temprano en la casa, me despertaba porque en una de esas yo andaba a la noche ´rockanroleando´", rememoró.
"Parte de la profesión (y de haberme recibido) se la debo a él por la constancia que tuvo. Fue un buen complemento porque yo era muy rápido para comprender las materias, y el era muy constante", afirmó.
Sobre uno de sus cables a tierra, la música, afirmó: "Soy geminiano, y somos muy versátiles...o dispersos, no sé si es una virtud o un defecto. Siempre me gustó la cultura, la parte del humanismo, y en realidad la música siempre fue una pasión. Me parece un milagro que con siete notas se puedan hacer tantas cosas. Creo que hace mucho a la esencia humana, que con la combinación de los sonidos y la combinación de las acciones los resultados son infinitos".
"La música es la elevación del espíritu -agregó-. Para otros la meta es saltar más alto, quién saca el pescado más grande, quién corre más distancia. Combinar los sonidos es algo majestuoso y propio del ser humano, por eso soy un amante de la música".
"La función no me permite mucho tiempo. El año pasado solía juntarme con los "Raivan Pérez" a ensayar un ratito para despuntar el vicio y tener ese cable a tierra, pero este año muy poco. Me pongo solo, con la computadora, a tocar un rato el saxo, la flauta o el bajo que también me gusta", explicó.
"Toco un poco más el bajo en la soledad porque tengo un loro que está suelto y cuando toco el saxo me agrede, no es muy romántico (risas). Los agudos del saxo le molestan, y viene y me hace vuelos rasantes en la pelada, me hace unos rasguñones. Cuando tengo un tiempito, prendo la compu y me acompaño con Youtube tratando de soñar que uno está en un escenario", explicó risueño.
Otra de sus pasiones siempre fueron los ´fierros´: "Me encanta el automovilismo, el Rally. Y soy un amante de las motos. De chico, a los 16 años, había un muchacho en Maipú que vendía una Harley Davidson modelo 49. Yo lo jodía a mi viejo para que me la compre. Pero mi padre me decía: - vos te vas a matar. No se dio en aquella oportunidad, hasta que apareció la Harley hace unos años".
"Como moto es un mito porque no tienen la tecnología de una moto japonesa, de una moto europea. Pero cada vez que la sacás es como la primera vez, sentís la adrenalina del motor", se enfervoriza.
"También nos agarra esa ´juvenilia´ porque los que andamos en esto generalmente somos tipos grandes que después de una vida se pueden dar el gusto de dar una vueltita en la moto o hacer algún viaje. Es un pretexto para salir y compartir con amigos, tal vez un café en la montaña, porque con la Harley no hay velocidad, porque es una moto muy tranqui, muy de paseo", sostiene.
A pesar de destacar su pasión por las motos y la música, el "animal político" que lleva adentro el ´Turco´ Abraham destacó que para él "la vida es la política porque es una herramienta de trasformación fenomenal que tenemos los seres humanos. Abrazado a eso siempre se desarrolló mi vida", concluyó.
Fuente: Télam
