La CGT Azul y Blanca disidente se movilizó hacia la sede laboral de la Avenida Leandro N. Alem al 600 y allí sostuvo en su discurso que "para aquellos que dicen que soy un bocón, sí, soy un bocón".
"Nos corresponde discutir paritarias libres en un país democrático y normal. Ha aumentado el valor de la canasta familiar y de los servicios, por lo que se impone preservar el poder adquisitivo de los salarios y las fuentes de trabajo", afirmó.
Barrionuevo pidió "el pago de salarios dignos y un incremento mínimo para los jubilados de 1.000 pesos" y sostuvo que "nadie mejor que nosotros conoce el mundo del trabajo".
Barrionuevo rechazó el pago de sumas fijas porque perjudican "la capacidad y profesionalidad de los trabajadores y achatan a todo aquel que aspira a crecer" y también se pronunció en contra de salarios "no remunerativos" porque perjudica a "las horas extras, las vacaciones y el sueldo anual complementario".
Por último, el dirigente gremial convocó a todos los manifestantes a desconcentrarse "tranquilamente y en paz".