El pedido de Castells es de imposible cumplimiento, ya que el dirigente no figura como imputado en la causa, sino que declaró como testigo, pero provocó el aplauso de los asistentes a la tercera jornada del juicio oral y público que se realiza en los tribunales federales de Comodoro Py 2002, de esta capital.
Castells lloró durante su testimonio y en un par de ocasiones -cuando se refirió a la situación social argentina, con críticas a las sucesivas administraciones, pero concentradas en la del ex presidente Carlos Menem- fue reconvenido por el TOF 4 para que limitara su relato a cuestiones vinculadas al objeto del juicio. (Télam)