La autoridad de aplicación deberá de acuerdo a la normativa, establecer los procedimientos apropiados para la recolección, tratamiento, y disposición final del desecho de pilas y baterías. Además promover planes de acción y un sistema de coordinación provincia-municipios a fin de concientizar a la población sobre el tratamiento para estos residuos.
También suscribir convenios con las entidades públicas en el ámbito nacional, provincial, municipal u organizaciones no gubernamentales de carácter público que permitirá lograr un adecuado y racional manejo de los residuos generados por pilas y baterías agotadas y minimizar los impactos negativos que estos residuos pueden producir en el ambiente.
“Las pilas y baterías usadas y agotadas provenientes de su aplicación al funcionamiento de juguetes, relojes, teléfonos celulares, electrodomésticos y otros artefactos, son parte del universo que integran habitualmente los residuos domésticos o domiciliarios”, indicó al fundamentar el proyecto el senador Carlos Acevedo.
“Por los compuestos químicos que conforman su funcionamiento, se constituyen en elementos contaminantes del ambiente, incluido el suelo, el agua y los seres vivos, por contener productos como cadmio, mercurio, oxido de mercurio, que han sido debidamente clasificados como Residuos Peligrosos en categoría y por la Ley Nacional nº 24.051”, comentó el legislador a la vez que sostuvo que “lamentablemente el artículo 2º de Ley Nacional 24.051 expresa que quedan excluidos del Régimen de Desechos Peligrosos los residuos domiciliarios”.
Acevedo insistió durante su alocución sobre la toxicidad de las pilas y baterías y su peligrosidad para la salud y para el ambiente pero remarcó que “nos encontramos con normas nacionales, resoluciones y documentos oficiales, donde sus textos mas que aclarar confunden, donde el cuidado del ambiente se reparte entre la Nación, que determina que si éstos elementos se agotan en cantidad les corresponde por ser industriales, pero si surge de un domicilio donde desde un electrodoméstico, juguete, teléfono, cámaras fotográficas o automóvil, los elementos se agotan y se tiran, pasa a ser residuo doméstico. Da la impresión que el ambiente, el suelo, el agua y la salud de las especies tanto humana como animal, responde en su categorización y en la responsabilidad de su cuidado y preservación, a la cantidad y no a la peligrosidad que en si mismo representa”, enfatizó.
Comentó luego que expertos en el tema de pilas y baterías, han estimado que el consumo nacional per cápita es de 10 unidades/año. “En nuestra provincia consumiríamos entre 3 a 3,5 millones anuales, lo que nos lleva preguntarnos dónde se depositan, adónde van, qué nivel de contaminación estamos generando”, sostuvo Acevedo. Dijo luego que “independiente de las normas nacionales que responden al tema ambiental, la Provincia, debe dictar su propia ley y poner en marcha un programa que provea a través de la Secretaría del Agua y el Ambiente la concientización, conocimiento y procedimiento para el tratamiento final de estos desechos, con la participación plena de las municipalidades y organizaciones no gubernamentales, escuelas y en especial de los ciudadanos”.
