El documento también señala que “su visión conspirativa y fundamentalista, imbuida de condimentos místicos y alejada de todo fundamento racional, traducen una concepción reñida con la estabilidad democrática y con los intereses del pueblo”.
Asimismo, se destaca “que la actitud de pretender equiparar el actual momento de normalidad institucional y democrática de la Argentina con épocas nefastas en las cuales la ausencia de canales internos de participación y denuncia imponían –embajadas mediante- la recurrencia a otros Estados de Derecho, en los que las mismas fueran acogidas y difundidas, no solo constituye un accionar disociado de nuestra realidad y reñido con la defensa de los intereses nacionales, sino también una posición de subordinación política e intelectual que oportunamente fuera fulminada por pensadores de la corriente nacional y popular como la expresión de la ‘colonización pedagógica’ que postró a nuestro país en aras de intereses foráneos a cuya dominación sometieron”.
Finalmente, el Proyecto señala que “actitudes como las aludidas, ofenden a la madurez política del pueblo argentino, y apuntan a sembrar inquietud y preocupación en base a circunstancias inexistentes, que solo alimentan la imaginación febril de quien las propala y exhiben un nivel de irresponsabilidad política y social compatible con el comportamiento que traducen las alianzas de la dirigente implicada con los sectores de poder económico más concentrado de nuestro país, que se resisten a la redistribución de la riqueza, con inclusión social, que propone y lleva a cabo el gobierno nacional”.