La diputada provincial Cecilia Salcedo(FCyS), impulsora del texto declarativo, expresó que las profundas transformaciones operadas en nuestra sociedad durante las últimas décadas, relacionadas al rol de la mujer, "sólo pueden ser enfrentadas si sus protagonistas las toman en sus manos y defienden sus derechos integrándose activamente a la reconstrucción del Estado y de nuestra Patria".
Indicó que "cuando hablamos de una política para las mujeres nos referimos a contemplar planes de desarrollo concretos que potencien su progreso, como también que eleven su participación, el conocimiento de sus propios derechos, para que efectivamente puedan ser incluidas en la elaboración, ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas, para lograr su incorporación a todos los ámbitos de participación y de toma de decisiones".
Observó que "las valoraciones culturales afectan tanto a varones como a mujeres. Es común que las mujeres dediquen su esfuerzo a demostrar que sí posee aquellas cualidades tradicionalmente atribuidas al varón, que pueden desempeñarse en tareas antes vedadas con tanta o más eficacia o talento que ellos, sin poner en duda los modos de hacer ciencia, de hacer política".
Instó no olvidar que ante la crisis extrema "fueron las mujeres quienes tuvieron que tomar en sus manos la subsistencia familiar. La imposibilidad de cada familia de resolver individualmente las cuestiones como la comida, la vivienda, la salud, etc., y la imposibilidad de contener a sus hijos y brindarles un asegurado futuro de desarrollo laboral y profesional hicieron que las cuestiones que antes eran parte de lo doméstico o privado, se transformaran en una de las principales preocupaciones sociales. Esto generó una importante participación femenina en los comedores, roperos comunitarios, asambleas barriales, en cargos políticos, y en la actualidad en puestos gerenciales y en lugares que históricamente fueron ocupados por hombres".
"Pero es aquí –apunta-, donde se plantea con mayor dureza una creciente contradicción entre un creciente protagonismo de las mujeres en la resolución de problemas que hacen a la supervivencia de ellas mismas y sus familias y el espacio socialmente construído por el conjunto de la sociedad que les sigue reservando un lugar secundario en la vida pública".
No olvida que la perspectiva de género "también se siente en las zonas rurales y en no pocos casos se constata que se ha recluido a la mujer a una función meramente reproductora", y sostiene que otra temática que cobra marcada importancia es "la necesidad de asegurar el reconocimiento, ejercicio y goce del derecho a la salud y a la vida de la mujer en particular".
Considera que "los importantes y diversos papeles que desempeña la mujer en la sociedad contemporánea conllevan a un nuevo desafío que consiste en no limitar su salud reproductiva a lo puramente materno infantil, sino abarcar el cuidado de su sexualidad y salud en forma integral".
Interpreta que hay que dotar a las políticas sociales de una mirada que "no sólo incorpore a las mujeres, sino que rompa las pautas culturales que les otorgan un lugar de desigualdad, lo que se manifiesta en la violencia de género, embarazos no deseados y embarazos adolescentes, trabajo doméstico compartido, menor salario por igual trabajo, etc.".
