Así, el oficialismo abrió la demorada discusión del enjuiciamiento al tribunal sin la ayuda del radicalismo, el Frepaso, el ARI y los peronistas disidentes, que mantuvieron la estrategia de retacear el quórum para impedir el tratamiento del
dictamen acusatorio.
Ahora, la preocupación del justicialismo está centrada en poder tener los 85 votos que le permitan sepultar definitivamente el juicio a la Corte, cuya investigación se abrió en febrero cuando un fallo sobre el corralito provocó un enfrentamiento entre
el Poder político y el tribunal. (Télam)