Hasta ahora fracasó en su meta de fijar el día de la sesión para debatir la acusación contra los jueces de la Corte porque el radicalismo retacea el quórum y reclama un consenso entre las agrupaciones políticas.
La posición del radicalismo es clave porque el justicialismo no tiene número para armar el quórum y el resto de los bloques -con excepción de los provinciales- también se oponen a colaborar con el número necesario para habilitar la discusión.
(Télam)