Bajo una lluvia pertinaz, el cortejo fue despedido por la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo, que ejecutó la Marcha Fúnebre de Chopin, la Diana de Gloria y la Marcha de San Lorenzo.
La caravana avanzó por las principales avenidas de la Ciudad de Buenos Aires, escoltada por un nutrido grupo de personas que se agolpó contra el vehículo que trasladaba los restos de Kirchner. Llantos, cánticos y aplausos volvieron a sucederse para darle, ahora sí, el último adiós al ex Presidente.
Una vez en el aeropuerto, los restos mortales de Kirchner fueron recibidos por Granaderos y escoltados por la propia Presidente hasta el avión que realizó el traslado hacia Río Gallegos (2.636 kilómetros al sur de Buenos Aires), donde otra caravana popular escoltará la comitiva oficial hasta el cementerio local.
A las 17:30, la aeronave aterrizó en Río Gallegos, en donde esperaban el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez -el único mandatario extranjero que estará en el entierro-.
Una vez más, el cortejo inició una caravana, esta vez en la ciudad natal del ex presidente, acompañado por una multitud que coreaba su nombre y apoyaba a Cristina Kirchner.
En el cementerio, según adelantó el vicegobernador de la provincia de Santa Cruz, Hernán Martínez Crespo, sólo la familia y el círculo más íntimo asistirá a un breve responso y al sepelio del ex presidente en una bóveda familiar.
Fuente: Infobae
