“Desde los días previos había una convocatoria política dirigida a los partidarios de la Presidente”, contó Lifschitz, quien remarcó que “las exigencias de protocolo de organización del acto hacían prever lo que sucedió: que una fiesta de la ciudad que en esta oportunidad había traído a visitantes de otras provincias por el fin de semana largo se vio empañado y terminó siendo casi un acto partidario”.
Según Lifschitz, él ya había tomado la decisión de no hablar porque “había un pedido de Presidencia de acortar el acto y que haya sólo un orador además de la Presidente” y decidió que sea el gobernador. “Pero él (Hermes Binner) decidió no hablar y me parece que fue lo mejor por el cariz que había tomado el acto”, explicó.
Si bien el intendente rosarino destacó no tener “nada que cuestionar si se tratara de un acto político”, subrayó que “este no lo era: era un acto patrio, una fiesta popular donde había miles de asistentes que seguramente pertenecían a diferentes colores políticos”.
“Nosotros hace años que gobernamos la ciudad y esta celebración es siempre muy convocante y siempre fue un acto sin banderas partidarias, un acto ciudadano, y creo que corresponde que sea así porque se trata de celebrar un hecho histórico y no me parece conveniente este aprovechamiento de un acto patrio”, finalizó.
En otro orden, consultado acerca de los entredichos en los que se ubica la Fundación Madresde Plaza de Mayo, opinó que “es muy grave lo que está pasando porque se está manchando el prestigio de las Madres y por otra parte muestra que cuando los dineros públicos se derivan deben ser controlados por el Estado”. (Infobae)