"Que las décadas siguientes hayan demostrado que habría más genocidios, como el de Ruanda, por ejemplo, si bien pone en evidencia la impotencia del mundo para prevenir y evitar hechos atroces, no puede borrar el repudio de esas mismas naciones que al menos desde la teoría se manifestaron en contra del odio, la persecución y aniquilamiento de cualquier grupo integrante de cualquiera de esas comunidades", destacó Carlos Rozanski en declaraciones a Télam.
Sostuvo que desde entonces "el desafío es cuáles de esas naciones están en condiciones de cumplir ese compromiso luego de que otros integrantes de un Estado, hayan sido responsables de genocidios como el sucedido en nuestro país entre los años 1976 y 1983".
"La República Argentina es el único país del mundo que haciéndose cargo de ese mandato internacional, decidió a partir del año 2003, poner fin a décadas de impunidad y, con su poder judicial, con sus jueces y fiscales naturales, demostró que sólo a partir de la verdad, la memoria y la justicia es posible construir un futuro en el que no exista ninguna posibilidad de repetición de las atrocidades vividas", remarcó.
Consideró que "para eso, hizo falta un espacio social que no sólo incluyera a las víctimas del terrorismo de Estado, que durante 30 años había presionado junto a los Organismos Defensores de los Derechos Humanos, sin dar un paso atrás para lograr justicia".
"También hizo falta un Poder Ejecutivo que los escuchara y estuviera dispuesto a cumplir ese compromiso, así como un Congreso de la nación que, más allá de pertenencias partidarias, se unieran para esa empresa que hoy asombra al mundo", remarcó y agregó que a eso "debía sumarse jueces y fiscales democráticos".
Rozanski expresó que "también era imprescindible una parte importante de la sociedad que le diera apoyo y garantías a sus representantes en los tres poderes que integran el Estado, de que ese proceso era producto genuino de un espacio social de tal magnitud y consenso, que se tornó irreversible".
"La verdad, la justicia y la memoria, son tres pilares de nuestra Argentina actual y por eso, no sólo todavía cantamos (en alusión a la canción de Victor Heredia), sino que además, festejamos", enfatizó.
Rozanski preside el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que juzgó y condenó al represor Miguel Etchecolatz, al capellán de la policía Christian Von Wernich y a los integrantes del Servicio Penitenciario bonaerense que actuaron durante la última dictadura militar en el centro de detención que funcionó en el penal número 9 de La Plata.
Fuente: Télam