La resolución es el peor de los resultados esperables para la Argentina, que pretendía que la Corte tomara el caso o al menos pidiera opinión al gobierno de Barack Obama para ganar tiempo hasta el año que viene.
Ahora el caso regresa a manos de Thomas Griesa, un magistrado que suele fallar en contra de los intereses argentinos. El juez deberá resolver cómo se realiza el pago. Días atrás, por primera vez desde que se desató la batalla jurídica en los tribunales, Griesa habló de la posibilidad de una salida negociada.
El fallo de la Corte implica la posibilidad de que otros fondos que aún no habían abiertos casos contra la Argentina vayan a la justicia de los Estados Unidos para pedir el pago total de la deuda que entró en los canjes de 2005 y 2010.