La presencia de un fuerte operativo de seguridad afuera del predio de la Expo Guadalajara preanunció, desde horas antes, la llegada de más de un centenar de manifestantes convocados por organizaciones independientes como "Todos somos Ayotzinapa" y "Yo soy 132", en la intersección de la calle Mariano Otero y avenida de Las Rosas.
Desde allí se aprestaban a confluir con otros grupos, congregados en distintos lugares, para marchar hasta la glorieta de Minerva, un tradicional punto de encuentro de la ciudad.
Uno de los jefes del operativo, montado por la Fiscalía General del Estado de Jalisco, dijo a Télam que los manifestantes "vienen a molestar y a presionar, cometen una falta grave de felonía, usan una manera política de transgredir la ley".
Apoyado en uno de los vallados que rodeaban todo el predio con más de 130 efectivos fuertemente armados, el jefe policial manifestó su sorpresa por algo que "no concierne a Jalisco".
Y dijo que las órdenes eran disuadir a cualquiera de los que participaran en la marcha, "a tratar de ingresar a la Feria".
Ya desde la mañana las informaciones del DF sobre el encuentro en la ciudad de México de la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y su foto junto a algunos familiares de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa se había viralizado en las redes y una tensa calma se desarrollaba en el interior de la FIL, mientras se desarrollaban las jornadas profesionales.
Pegado en varias paredes del predio había un cartel de las autoridades de la FIL de solidaridad "con los familiares y amigos de los estudiantes desaparecidos y de los fallecidos en la localidad del Estado de Guerrero".
En el stand de Planeta repartieron un pin negro con el número 43 y para demostrar que la literatura no estaba ausente en una columna del espacio de la editorial mexicana Era, que publica a Daniel Huertas, el hijo de Efrain Huertas, cuyo centenario de nacimiento se conmemora en esta edición de la FIL, un poema sintetizaba el desconsuelo por el horror y la impunidad.
"El pan se quema/ Los rostros se queman arrancados/ De la vida y no hay manos/ ni hay rostros/ Ni hay pais. Solamente hay una vibración/ Tupida de lágrimas/ Un largo grito/ Donde nos hemos confundido los vivos y los muertos.
Fuente: Télam