En la continuidad del debate sobre la modificación de la ley que impuso un tributo a los créditos y débitos bancarios, esta semana le toca jugar a la Cámara baja. En la madrugada del jueves último, el Senado -con mayoría opositora- derogó un artículo de la norma y amplió el reparto de fondos. El kirchnerismo asegura que esa votación fue irregular porque no tuvo mayoría absoluta de la totalidad de los miembros del cuerpo, como requiere una norma que modifica tributos. Pero la oposición consideró que sólo derogó un artículo y no es necesaria esa mayoría especial.
“Fellner no tiene ningún resquicio reglamentario para demorar el trámite de la norma. El artículo 122 del reglamento del cuerpo es muy claro y debe girar la sanción del Senado inmediatamente a las comisiones respectivas de la Cámara baja”, observó Patricia Bullrich, la diputada de la Coalición Cívica que es una de las arquitectas del andamiaje coordinado de los bloque de la oposición. El artículo mencionado establece que “cuando el Poder Ejecutivo presentare algún proyecto, será anunciado y pasará sin más trámite a la Comisión respectiva. Lo mismo se observará con las sanciones procedentes del Senado”. Para los legisladores de la oposición, con el ingreso del proyecto con aprobación del Senado que se produjo el jueves pasado y con el sello ya colocado de la Mesa de Entradas, el secretario parlamentario Enrique Hidalgo debe disponer el giro del proyecto a las comisiones que corresponda. “No hay más opciones que avanzar en la sanción. Excepto que Fellner apele a una legislación creativa”, señaló Bullrich con ironía, y con énfasis en la última palabra.
En la oposición están atentos a la movida que hará hoy Fellner. En el bloque radical creen que el titular de la Cámara baja puede llegar a pedir que el proyecto no sea girado aún y permanezca sólo como asunto entrado, sin que avance el proceso. Esto es, “dormir” la iniciativa. O, como medida extravagante, enviar un pedido al Senado para que dé detalles complementarios sobre el modo de sanción. Pero aseguran que de ninguna manera puede rechazar la iniciativa y enviarla al archivo.
Por lo pronto, los coordinadores de las bancadas opositoras manejan varias alternativas si la llegada del proyecto al debate se demora: pedir la cabeza de Hidalgo, el cuestionado secretario parlamentario, justamente por demorar iniciativas. Y hasta votar un cambio de reglamento para quitar al presidente de la Cámara de Diputados la atribución para girar los proyectos a comisión y devolverle esa instrucción al plenario.
La posición del oficialismo ya la planteó el titular del bloque K, Agustín Rossi. “Fellner tiene que respetar la Constitución. Se trata de una ley que claramente la Constitución dice que tiene que tener mayoría especial, entonces se la mandan y le dicen que se aprobó por mayoría simple y él tiene que decir que eso no es media sanción. No puede aceptar algo que no existe”, señaló.
El titular del cuerpo tendrá que optar si la simplificación a la que apela Rossi es suficiente para detener el proyecto o utiliza alguna argucia reglamentaria para avanzar. Si decide el trámite normal, quedará sometido al fuego oficialista, el mismo que ya escalda al vilipendiado vicepresidente Julio Cobos.
Fuente: criticadigital.com.ar