"Hay un punto de inflexión porque lo estamos haciendo entre latinoamericanos y para latinoamericanos", ponderó la presidenta, en un acto en la Casa de Gobierno ecuatoriana que compartió con su par Rafael Correa. La presidenta resaltó además el hecho de "articular alta tecnología argentina para producir una obra de infraestructura que va a generar energía".
Cristina dijo en la Casa de Gobierno de Ecuador, conocida como Palacio de Carondelet, que "hoy estamos inaugurando una nueva forma de relacionarnos en América Latina".
En ese sentido, recordó que "cuando descubríamos la piedra basal de la obra hidroeléctrica más grande del Ecuador (esta mañana), se hizo a partir de la firma realizada el 7 de febrero de este mismo año por ENARSA y Termopichincha, que son las dos entidades nacionales en materia energética", y "va a convertir a Ecuador en exportador de energía y alimentar casi dos veces el caudal de la energía que tiene". Para Cristina la hidrovía "constituye un salto cualitativo formidable y sin precedentes", porque conjuga "tecnología, inversión, pensamiento, producción latinoamericanos para latinoamericanos y para el mundo".
En ese aspecto indicó que en Latinoamérica "nunca hemos tenido ideas expansionistas ni colonialistas, sino que nosotros hemos sido los colonizados", por "haber tenido una categoría de pensamiento y de integración diferente tal vez a aquellas sociedades y pueblos que a través de los siglos histórico han ejercido un rol colonizador".
Además señaló que "hace casi 200 años vimos triunfos políticos y militares que permitieron la independencia, pero si bien tuvimos triunfos políticos y militares, tal vez comenzaron allí otras derrotas las perdidas de las batallas culturales".
En este sentido, comentó que "en los pueblos de habla hispano comenzaron a creer que lo nuestro no valía, que todo lo que tenía color, o que podría ser criollo no servía, no valía; y sólo si éramos reconocidos desde afuera podíamos valer nosotros".
Pero aclaró que "hay en esta etapa de América Latina una batalla cultural muy fuerte que se está dando y que significa reconocer nuestras propias categorías de pensamiento, nuestras propias experiencias políticas e históricas como gobierno".
Asimismo consideró que "la distribución del ingreso es, junto a la necesidad de reformulación de proyectos nacionales para poder insertarnos exitosamente en el mundo, las dos grandes batallas que tenemos que dar los latinoamericanos".
La mandataria rescató a los pueblos latinoamericanos "que han podido sobrevivir a la crisis del Estado liberal durante el siglo pasado y luego al neoliberalismo que azotó los años ’90" y sostuvo que "es hora que estas experiencias, como por ejemplo las de mi país, que ha permitido un modelo de acumulación con inclusión social y nos ha permitido salir de índices trágicos en materia de desocupación, de miseria, de caída de PBI y abandono de nuestra gente, comience también a ser valorado".
"Creo que la etapa que se avecina en el siglo XXI, signado por dos elementos básico como lo son la energía y los alimentos, son los que nos posiciona en Latinoamérica en el lugar que tal vez no esperábamos, pero que la historia se toma con licencia y cambia los ciclos económicos", consideró Cristina, y agregó que entonces "es necesario agregar todo nuestro esfuerzo, inversión y la inteligencia puesta para lograr aprovechar esta oportunidad histórica que se nos ha dado".
En ese contexto reseñó que en tecnología agropecuaria "somos un país de punta", y resaltó que hay que "aprovechar nuestras virtudes y nuestras historias para hacer sinergia latinoamericana y allí ayudar a vivir en un mundo mejor, más seguro, más justo y más equitativo".
"Tenemos el derecho a que se nos escuche, porque durante mucho tiempo se escucharon otras voces que luego fracasaron y que casualmente en momentos de crisis comienzan a aplicar las recetas que siempre nos prohibieron y nos criticaron", señaló la presidenta.
Y recordó que en "momentos de crisis en los países centrales hay una fuerte intervención de los bancos centrales, de los tesoros centrales, para poder salir de la crisis", y sostuvo que "esto nos tiene que enseñar a los latinoamericanos que muchas veces en nuestras elites dirigenciales, especialmente en algunos sectores de la intelectualidad, repitieron como loros lo que venía de afuera sin una experiencia crítica, que es lo que exige toda posición de un verdadero intelectual".
Agradeció al presidente ecuatoriano Rafael Correa el recibimiento de la Condecoración de la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Collar, "que tiene para nosotros los argentinos un doble valor, por la demostración del afecto de los lazos de amistad políticos e históricos que une a ambos pueblos, y porque ha sido otorgado solamente a dos mujeres, y la primera fue María Eva Duarte de Perón".
Por su parte Rafael Correa reconoció que la unidad entre el Ecuador y la Argentina "tiene lazos indivisibles; nos unen el origen y el destino común y la fortaleza para enfrentar los intervencionismos camuflados, las extorsiones, los chantajes, las agresiones de todo tipo y toda clase de ataques a nuestro ser nacional, a nuestra soberanía".
Brindó su reconocimiento "por el apoyo que está brindando al Gobierno ecuatoriano, a través de la Embajada de Argentina en Bogotá, a cuyo cargo se encuentran los intereses ecuatorianos, tras la ruptura de relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia, como consecuencia de la agresión perpetrada a nuestra soberanía territorial por fuerzas militares colombianas el primero de marzo pasado".
Y mostró su gratitud por la colaboración a través del programa "Cascos Blancos", de voluntariado humanitario que, junto a la importante y solidaria ayuda humanitaria enviada por el pueblo argentino, a través de su Gobierno el pasado 20 de febrero, "nos permitió enfrentar de mejor manera la crisis invernal que afectó y aún afecta a mi país".
Se mostró consternado por la muerte de 15 jóvenes en un local bailable "donde se cometió la insensatez inaudita de lanzar bengalas a un tumbado de espumaflex, que se convirtió en la tumba ardiente de hombres y mujeres en la flor de la vida" y citó "el recuerdo de un dolor igual en Argentina, con el incendio de la discoteca República de Cromagnon en Buenos Aires".(Telam)