El paro anunciado por el gremio de los Camioneros fue luego de que se conociera la noticia de que la Justicia suiza investiga a Hugo Moyano por lavado de dinero, y fue ampliamente criticado por todos los partidos políticos y organizaciones sociales, por el uso de una medida de fuerza de los trabajadores para respaldar la actividad privada de un líder sindical.
En los pasillos de la Casa Rosada también se escuchó una crítica similar: "Hace 30 años los gremios paraban para defender los derechos de los trabajadores; hoy lo hacen para defender sus privilegios".
Si finalmente la huelga se concretara, perjudicaría directamente a mucha gente, ya que significaría la paralización de servicios y del transporte público de pasajeros. "Este malestar a la gente es lo que debemos evitar", advirtió el enviado de Cristina Kirchner al abogado de Moyano y diputado Nacional, Héctor Recalde.
Sin embargo, el conocido grupo duro o de choque – como se los llama - dentro del gremio de Camioneros continúa rechazando dar marcha atrás con la medida: "Vamos a mostrar la fuerza que tenemos. Arrancamos a las 6, hablamos en la Plaza (de Mayo) a las 10, y después vemos", fue la máxima concesión que hasta el momento lograron los funcionarios nacionales, que seguirán insistiendo para revertir la situación.
"Entiendan que es una mala imagen para el país y para el Gobierno", refutó el alto funcionario nacional en la última reunión que se extendió hasta la madrugada, pero ante una nueva negativa se dio por finalizada la reunión.
Desde la Casa Rosada no descartan que en los dos días que restan hasta el comienzo del paro del lunes puedan lograr "hacer entrar en razones a los gremialistas", según dicen por estas horas. (Infobae)
