Declaramos, una vez más, nuestra determinación de dar batalla por recuperar los principios del Radicalismo, por la Democracia, por las instituciones de la República y por los intereses del Pueblo.
Esta pertenencia ideológica al radicalismo no significa dejar de lado nuestros posicionamientos críticos y principistas, para con la conducción política provincial de la UCR., como así tampoco significa una adhesión incondicional a todas las políticas públicas de los gobiernos provincial y municipal donde gobiernan hombres de la UCR, sin la necesaria y republicana autocrítica; para buscar con empecinamiento una sociedad mas justa para todos.
Por ello sostenemos, desde siempre, que hay que avanzar en la construcción de un Proyecto Nacional Alternativo a este gobierno nacional, donde la UCR recupere su rol transformador, impulsando con vigor los cambios estructurales que consoliden el verdadero Federalismo; despojados de las posiciones ambivalentes y pragmáticas que sostuvieron las conducciones políticas provinciales.
Estamos convencidos que la única forma de lograr estos objetivos es devolviéndole a los afiliados el poder de decidir sobre las cuestiones importantes. Así como el radicalismo luchó por más de 20 años hasta lograr la democratización del país con la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912, permitiendo con ello que los ciudadanos puedan resolver sobre su propio destino a través del voto universal, secreto y obligatorio, para quitar el manejo de la cosa pública a una elite privilegiada; así debe democratizarse la UCR puertas adentro para impedir la arbitrariedad y posibilitar la participación de todos sin exclusiones.