Pocas horas después de declarar como testigo en la causa que juzga al represor Héctor Vergez, Casariego dijo a Télam que su padre "tenía fuertes convicciones e ilusoriamente pensó que podía hacer algo".
Según narró Casariego, su padre afirmaba que la empresa Ítalo, la única que la dictadura aspiraba a nacionalizar, "no valía más de ocho millones de dólares" cuando era valuada en 394 millones de dólares por el resto de los funcionarios.
"Mi padre decía que había visto cosas y no podía hacer cómo que no las hubiera visto", afirmó Casariego, al recordar las recomendaciones que daba su madre para que renunciara a su cargo.
Respecto a los juicios que se llevan adelante contra represores, tras la derogación de las leyes de impunidad, Casariego reclamó que se extienda hacia los civiles que idearon el plan aplicado por las Fuerzas Armadas.
"No hay posibilidad de construir un país sano si no se resuelve esta historia", sentenció.
Fuente: Télam