La llegada de Insulza está prevista para la tarde de Buenos Aires y desde la OEA ya se encargaron de aclarar que su titular no va a reunirse con el presidente de facto, Roberto Micheletti, ya que su misión es informar del plazo de 72 horas dado por el organismo para que restituya en su cargo al derrocado mandatario Manuel Zelaya.
No obstante, diputados que apoyaron el golpe de estado reconocieron en off que existieron conversaciones con colaboradores de Insulza para intentar abrir canales de negociación.
Para el actual régimen la llegada de Insulza es considerada "un paso adelante", ya que si bien sigue sin reconocerlo como gobierno legal, entienden que el viaje sin la compañía de Zelaya y de otros mandatarios regionales es positiva. Prueba de eso es que de las palabras duras con que se referían distintos funcionarios hacia la OEA, ayer cambiaron por las de "bienvenida".
Incluso esta mañana, voceros del gobierno dejaron saber que Insulza finalmente se reuniría con Micheletti. Claro está, por lo antes dicho, pocas cosas pueden confirmarse con certeza. De todos modos hoy promete ser un día movido en esta calurosa tierra centroamericana, donde la inestabilidad del tiempo parece ir de la mano con la política.
Sobre todo porque el oficialismo convocó a una marcha que anuncian será multitudinaria en la Plaza Libertad, frente a la casa Presidencial, para seguir midiendo fuerzas con los seguidores de Zelaya y mostrarle de paso a Insulza "con quién está el pueblo", según explicaron a este enviado miembros de la Unión Cívica Democrática (UCD).
Los organizadores esperan que, tal como sucedió el martes en el acto convocado en la Plaza Morazán, hoy también se haga presente Micheletti y le hable a la multitud. Desde el lado de los seguidores de Zelaya, hoy tienen previsto reunirse en la Universidad Pedagógica para ultimar los detalles de la marcha, que sostienen también será multitudinaria, para recibir mañana a su derrocado líder. Poco se sabe de ese regreso, sólo la confirmación ayer por parte de Zelaya.
Se plantea como "complicado" que Insulza lo acompañe porque se va a retirar antes de Honduras y si no lo hace, es posible que tampoco lo hagan los presidentes que formarían parte de la delegación de la OEA, entre ellos la jefa de Estado argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
De ser ése el panorama, a Zelaya le esperará la detención en el mismo aeropuerto internacional. Nadie quiere imaginar qué puede suceder en ese instante si sus seguidores, multiplicados en miles, intentan impedirlo.
