Poco después de las tres de la tarde, la columna comenzó a formarse en la esquina de Belgrano y Entre Ríos. A los sindicatos de la CTA, encabezados por ATE y por Ctera, se sumaron columnas del Movimiento Socialista de los Trabajadores y el Partido Obrero, para completar una convocatoria nutrida que dejó satisfechos a los organizadores (sobre el final del acto anunciaron la presencia de “20 mil compañeros”). Luego de marchar por unas pocas cuadras, terminaron ubicándose sobre la avenida Rivadavia, de frente al escenario montado en el acoplado de un camión. Desde allí, la cúpula de la CTA manifestó sus exigencias de reconocimiento y libertad sindical, mientras en el Congreso los tres representantes de la OIT mantenían su reunión con los senadores.
“La autonomía nos da la posibilidad de imaginar un futuro distinto. Nadie nos prestó nada, nadie nos regaló nada, lo que conseguimos lo conseguimos nosotros. La autonomía es un principio innegociable”, arengó Yasky, con un dedo índice en alto. En un discurso de alto voltaje, el titular de la CTA no dudó en apuntar contra el Gobierno, al que responsabilizó por la demora en otorgarle personería gremial a la Central, aunque también aclaró que van a acompañar aquellas iniciativas que resulten beneficiosas para los trabajadores. “No va a haber distribución de la riqueza con un decreto ni por un acuerdo con las patronales –advirtió–. La libertad sindical se debe conquistar en la lucha.”
Un rato antes, el gastronómico Daniel Jorajuria había festejado que la CTA le hizo “cambiar la estrategia al Gobierno” para “terminar con la discriminación” sindical. “La Corte Suprema ya le dio el ultimátum a este modelo”, aseguró el dirigente, que además argumentó que bajo el sistema actual el 80 por ciento de los trabajadores no está afiliado a un sindicato y en el 88 por ciento de las empresas no hay ningún tipo de representación gremial. Por su parte, el secretario adjunto, Pedro Wasiejko, recordó que la Central cuenta con un millón trescientos mil inscriptos, por lo que “es una realidad, a pesar de las trabas”, y aseguró que “la libertad y la democracia sindical no son esenciales para la CTA, sino para todo el pueblo argentino”.
En el escenario lo aplaudía gran parte de la plana mayor de la organización: el ex secretario general Víctor De Gennaro, los miembros de la mesa nacional José Rigane, Jorge Yabkowski, Ricardo Peidró y Victorio Paulón, entre otros. También se acercaron para acompañar los diputados Martín Sabbatella, Ariel Basteiro y Vilma Ibarra, la legisladora porteña María José Lubertino y hasta el senador radical Nito Artaza, que a la salida del Congreso se desvió para saludar a los manifestantes.
Luego del final del acto, cerca de las seis de la tarde, los miembros de la CTA y algunos legisladores subieron hasta el segundo piso del anexo de la Cámara de Diputados, frente al edificio del Parlamento, donde se llevó a cabo una audiencia pública para presentar dos proyectos: una resolución que solicita al Poder Ejecutivo que informe “sobre el estado del trámite de personería gremial de la CTA iniciado en agosto de 2004”, y un proyecto de ley de garantía del derecho de sindicalización y organización sindical. Según pudo averiguar Página/12, ambos cuentan con el aval de alrededor de cien diputados de distintas fuerzas políticas, como los bloques Nuevo Encuentro, Proyecto Sur, GEN, la Coalición Cívica, los radicales y el Partido Socialista. Todavía falta que se expidan al respecto los bloques del Frente para la Victoria, Peronismo Federal y el PRO.
Fuente: pagina12.com.ar