A lo largo de la audiencia quedó en evidencia, por las respuestas que brindó Cristina a los abogados, que la información publicada por el diario italiano Corriere della Sera de un supuesto tour de compras había sido inventada desde el momento en el que se aseguraba que la jefa de Estado había arribado a Roma el 31 de mayo, cuando en realidad lo hizo el 2 de junio en horas del mediodía.
La jefa de Estado, junto al resto de la delegación argentina, llegó el 2 de junio para participar de la Cumbre Mundial por la Seguridad Alimentaria organizada por la FAO (según sus siglas en inglés), el organismo dependiente de la ONU que se encarga de luchar con el hambre en el mundo.
A lo largo de la audiencia la presidenta contestó preguntas del abogado del gobierno argentino, Furio Restivo, y del defensor de la periodista italiana Maria Egizia Fiaschetti y el director del diario Corriere della Sera, Paolo Miel, ambos demandados por la Presidenta de la Nación.
En la sala de conferencias de Olivos también se encontraba presente el Juez Claudio Bonadío, titular del Juzgado Federal nº11 de la Ciudad de Buenos Aires, sorteado como garante de la audiencia en nuestro país.
Durante la declaración, que contó con traducción simultánea del castellano al español y viceversa, Cristina contó las actividades que realizó durante su estadía de un día y medio en Roma, entre las cuales estuvieron la reunión que tuvo con el entonces presidente de Brasil, Luis Inazio "Lula" Da Silva; la recepción organizada en una casona de Ciudad del vaticano por el ex canciller italiano, Franco Frattini, y la propia exposición argentina en la cumbre de la FAO.
También reseñó la visita a la comunidad religiosa de Sant´Egidio; la reunión con residentes argentinos en la Embajada nacional, y la cena para varios mandatarios que organizó el entonces premier Silvio Berlusconi.
En todas las oportunidades, detalló la Presidenta, los viajes a cada una de las actividades se realizaron "punto a punto", acorde lo dispuesto por la custodia que el gobierno italiano le había asignado, "como suele ocurrir en cualquier país, cada vez que se realiza una cumbre de Jefes de Estado con estas características".
Respecto del artículo en cuestión, titulado "Hambre y Dolce Vita", Cristina expresó en su declaración que "además de contar cosas que no habían ocurrido nunca, esa nota tenía términos muy agraviantes no solo hacia mi persona, sino a la Presidenta de todos los argentinos", y agregó que "estaba escrita con real malicia".
"Desde el título de la nota, que parecía sacado de una película de Lina Wertmuller, había una intención de vincular la lucha contra el hambre con la frivolidad, o lo que es peor, con la hipocresía y el doble discurso", manifestó la Presidenta, y afirmó que "creo mucho en la libertad de expresión y de opinión, pero no en la infamia".
Por último, cuando el abogado del Corriere della Sera preguntó a la jefa de Estado por qué se le exigía un resarcimiento económico a ese diario, y no a todos los que publicaban notas críticas hacia su persona y su gobierno, Cristina respondió que a diferencia de lo que se publica en otros medios, la nota demandada "no era una opinión, sino que se trataba de una serie de datos presentados como información, para dar una sensación de verosimilitud, cuando sabían que estaban falseando la realidad".
A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, donde por iniciativa de Cristina Fernández de Kirchner fueron derogados del Código Penal los delitos de "calumnias e injurias" para temas de interés público, quedando solo la penalidad económica del juicio civil por "daños y perjuicios", en Italia esa diferenciación todavía no existe, y todas las difamaciones se tramitan en juzgados penales, aunque impliquen un resarcimiento económico.
En este sentido, la Presidenta adelantó en la audiencia que de ganar el litigio, donará el dinero a una entidad de bien público.
Fuente: Télam