Guzmán destacó la obra, en tanto “el nombre de las calles de una Ciudad reflejan la propia idiosincrasia de su pueblo, y muestra de ello es que en la obra podemos observar que en su mayoría las denominaciones de las calles están dedicadas a fechas, símbolos, santos, sacerdotes, etc.”, lo cual “define claramente la profunda religiosidad de su pueblo; también contamos con gobernadores provinciales, nombres relacionados con la flora autóctona, otros dedicados a nuestra lengua originaria, nombres de escritores, y en menor medida calles dedicadas a mujeres en sus diferentes roles”.