A sus 33 años, tomó en sus manos la tarea de dialogar con los funcionarios, pero también la de recibir a personalidades y autoridades extranjeras. No es un recién llegado a la política, es cierto, aunque nunca antes había aparecido con semejante exposición.
Máximo siempre se ocupó de la administración de los bienes de la familia Kirchner . Desde que sus padres entraron a tiempo completo en la política nacional, fue el encargado de administrar plazos fijos y propiedades. Lo hace desde su oficina en la inmobiliaria Sanfelice-Sancho. Y desde hace poco más de un año, con la ayuda de su novia, María Rocío García.
Lo suyo no es ni la abogacía ni el periodismo deportivo, dos carreras que comenzó y abandonó. Además de los números, su interés es, claro, la política. Máximo fue el creador de La Cámpora, una agrupación que reúne a a jóvenes kirchneristas y que ha contribuido con funcionarios al gabinete del ejecutivo. También conformó un equipo de fútbol que solía jugar en los clásicos partidos que se organizaban en la Quinta de Olivos.
Allí, sus seguidores participaban de cenas junto a Néstor y Cristina. Ambos escuchaban a su hijo e intercambiaban opiniones políticas con él. Algunos sostienen que es ella la que le ponía límites a su participación. Incluso algunos hablan de un atisbo de interna entre la juventud kirchnerista y otros, aún jóvenes, con llegada al Gobierno: el autodenominado "sub 45", integrado por funcionarios como Amado Boudou y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
Aún es prematuro para saber si el bajo perfil de Máximo Kirchner ha quedado definitivamente en el pasado. Los movimientos que pueda haber en el Gobierno una vez superado el golpe de la muerte podrán echar luz sobre su lugar.
Fuente: Minuyto Uno
