Durante décadas, Mujica se desempeñó como maestro rural y en 1991 fue elegido gobernador, tras suceder al líder de la Corriente Renovadora, César Eusebio Iturre, fallecido en extrañas circunstancias cuando se encontraba exiliado en el vecino país de Paraguay.
A dos años de asumir como primer mandatario, en diciembre de 1993, Mujica se vio obligado a renunciar por un pedido de juicio político y fue sucedido por Fernando Lobo, también fallecido, en medio de una fuerte crisis institucional, sumado a la protesta de estatales en reclamo de una quita y deuda salarial.
Durante los graves disturbios, fueron quemados y saqueados los mobiliarios de la Casa de Gobierno, Tribunales de Santiago del Estero y Legislatura provincial.
Durante 48 horas, la capital santiagueña y la ciudad de La Banda se convirtieron en "tierra de nadie", hasta la llegada de Juan Schiaretti, quien durante tres años encabezó la intervención federal por resolución de la Cámara de Diputados de la Nación.
Entre las casas quemadas y saqueadas figuraron las de Mujica, de su antecesor César Eusebio Iturre y las del ex cinco veces gobernador Carlos Juárez y su esposa, la también ex mandataria provincial, Mercedes "Nina" Aragonés.
También fueron blancos de los manifestantes las lujosas viviendas de diputados, concejales, intendentes y jueces, que por aquel entonces percibían más de 10 mil pesos mensuales, cuando a los empleados públicos se les adeudaba cinco meses de salarios que no superaban los 300 pesos.
Fuente: Télam