El pueblo salteño sigue pagando el costo de una crisis energética que mantiene a la provincia al borde de un ataque de nervios. Mientras, los gobiernos nacional y provincial se hunden entre las culpas mutuas, pero no se hacen cargo del inusual desastre. Como en el juego del Gran Bonete, nadie es, ni fue ni será responsable de esta inconcebible situación.
En buen romance, a una semana de haber tocado fondo con la falta de combustibles -gas domiciliario incluido- los salteños no saben a quién darle las gracias por el tiempo perdido, las broncas, los perjuicios económicos actuales y los por venir, los cambios de planes, las frustraciones, los malos ratos, etc.
La crisis energética tiene números: hoy es el octavo día con menos de diez estaciones, de las más de 30 que hay en la capital, que venden naftas y gasoil. En el interior hay localidades que hacen dos y hasta tres días que están sin combustibles líquidos. Las colas de espera en los surtidores de toda la provincia van de tres a ocho horas. El martes, Gasnor recibió 600 llamados de vecinos de los barrios Castañares, General Belgrano y Ciudad del Milagro que se quedaron sin gas en sus casas, además de otros de Vaqueros y San Lorenzo. A ellos se suman reclamos de empresarios turísticos y de productos alimenticios (panaderías, por caso).
El gas domiciliario
Ayer quedó claro que la causa del corte en el suministro de gas domiciliario fue la falta de inversión en infraestructura.
La primera piedra la tiró el Gobierno salteño el martes, cuando se presentó ante la Justicia Federal y señaló al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) como uno de los posibles responsables del corte que afectó a miles de usuarios. Pero la embestida generó una rápida respuesta del organismo nacional. Cerca del mediodía de ayer el titular del Enargas, Antonio Pronsato, aseguró a la agencia oficial de noticias Télam que “no es falta de gas” lo que afecta el normal abastecimiento en la capital salteña, sino “falta de caño” por una obra que debió haber concluido el Gobierno provincial. Y explicó: “hay un refuerzo de la alimentación a la Cámara Salta Norte que debió haber terminado la Administración Provincial para atender más demanda”.
Agregó que “recién el lunes la Provincia va a habilitar los primeros 10 kilómetros del sloop (caño secundario) que permite reforzar la actividad en Parque Huaico y mandar más gas a Salta Norte”, precisó.
Según pudo verificar ayer El Tribuno, el caño al que hace referencia el funcionario nacional aún está en construcción. La obra corre paralela al Acceso Norte desde la zona de La Lagunilla, ingresa a la ciudad por un costado del campus de la Universidad Católica de Salta y continúa hacia el oeste por el centro de la avenida Robustiano Patrón Costas. Ayer, un grupo de trabajadores avanzaba en el cavado de la zanja y la soldadura de los tubos en las proximidades de la intersección de Patrón Costas y la avenida Bolivia.
Molesto con Salta, Pronsato también salió en defensa de Transportadora de Gas del Norte (TGN) -otra de las denunciadas por el Gobierno ante la Justicia Federal-, y dijo que “siempre hizo todas las maniobras necesarias para proteger el suministro. La falta de caño tampoco es un problema de la Transportadora”.
Como para que no quedaran dudas de que la responsabilidad no era suya, el titular del Enargas indicó que “la Provincia diseñó, licitó y adjudicó la construcción de un sloop sobre la derivación a Salta Norte del caño de TGN, que no terminó. Ese es el problema y no la falta de gas. Se estima que la situación se normalizará el lunes, tras la habilitación de los primeros 10 kilómetros”.
Las culpas, para otro lado
Tras los señalamientos de Pronsato, el Gobierno emitió un parte de prensa en el que el Urtubey no dejó en claro por qué no se terminó la obra que, según el Enargas, hubiera evitado el corte de gas en las casas. El Gobierno define a esa construcción como el gasoducto Lagunilla-El Huaico, y señaló que fue licitada y se ejecuta con fondos provinciales. Lejos de defenderse de las acusaciones del funcionario nacional, el comunicado señala que “el gobernador Urtubey coincidió con el interventor del Enargas, Antonio Pronsato, sobre la falta de inversiones para potenciar el sistema de gasificación de Salta”. Pero a continuación le reprochó al organismo una demora de más de tres meses en la aprobación del gasoducto en cuestión.
En el ida y vuelta de responsabilidades sólo queda claro que si se hubiera terminado a tiempo ese gasoducto, no hubiera ocurrido el corte del lunes y miles de salteños no hubieran pasado una de las peores noches de su vida. (El Tribuno Salta)