"Eso ya está, el candidato de Cristina soy yo", respondió con ironía Randazzo al ser consultado sobre quién será el candidato al que apoye la mandataria en las próximas elecciones nacionales.
Luego, poniéndose serio, Randazzo agregó que "hay una valoración muy fuerte de Cristina sobre la gestión de muchos integrantes de su gabinete", y señaló que en su caso particular ha tenido "enormes responsabilidades" que ha "cumplido".
En diálogo con la radio La Red, Randazzo dejó en claro que ningún otro escenario que no sea ser precandidato en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) está entre las posibilidades.
"Yo no especulo con nada, no voy a ser funcionario de ninguno, no quiero ser jefe de Gabinete, no quiero ser más ministro, no quiero ser gobernador, no voy a hacer nada que no sea ser candidato en las PASO del Frente para la Victoria", sostuvo.
Incluso, al ser consultado sobre qué haría si la Presidenta lo llamara para decirle que elegía a Scioli como su candidato y que él debía acompañarlo, Randazzo dijo: "No trabajo sobre hipótesis improbables. No hay ninguna posibilidad de eso. Lo más probable es que Cristina me llame y me diga que sea el candidato del espacio".
Randazzo criticó a los "oportunistas" que "participan o no de una fuerza política de acuerdo a la capacidad electoral", a los que se refirió como "chantas" y "sanateros", y apuntó directo contra Massa, y dijo que "nunca confiaría el destino del país en alguien oportunista y poco serio" como en su opinión es el intendente de Tigre y líder del Frente Renovador.
"Estuvo con Néstor (Kirchner), fue su jefe de Gabinete, luego estuvo contra Francisco De Narváez, y ahora está con él", mencionó a modo de ejemplo, al tiempo que dejó claro que tanto Massa, como Scioli y Macri "son los candidatos del establishment económico y mediático", y que por eso cuentan con "protección e impunidad".
Randazzo admitió que con Scioli tiene "diferencias", e hizo una clara diferenciación en cuanto al origen del empresario y deportista, que "irrumpió en la política en los noventa, con el menemismo".
Por último, consideró también que más allá del diálogo, "cuando uno gobierna tiene que tomar decisiones, y a veces esas decisiones llevan a pelearse con sindicalistas o empresarios que no cumplen".
Fuente: Télam
