En ese marco, el funcionario amplió que "el kirchnerismo es eso, son miles de hombres, mujeres y pibes que vienen de distintos sectores o que vienen empezando en la política y que tienen una visión estratégica más nueva, más moderna a la que hay que acostumbrarse".
"Ser moderno no significa ser pibe, yo me considero moderno y tengo 58. Pero la dirigencia moderna tiene que pensar en eso: construcción de una nueva fuerza que Néstor la marcó y que consolidó Cristina en su mano, que lleva tiempo, pero que hoy no vuelve atrás", interpretó el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el kirchnerismo.
Por otra parte, al evaluar la performance del PRO en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del domingo pasado, el ministro coordinador sostuvo que el "macrismo mostró su piso y su techo en la provincia de Buenos Aires. Es lo que ya se vio en todos lados".
En ese marco, Fernández agregó que "compitieron en Córdoba, en Chaco, Santa Fe y en La Rioja. En todos lados tuvieron la misma visión. En la Ciudad la visión fue del 47 por ciento, Martín Lousteau subió 26 puntos y Rodríguez Larreta solo cuatro. Forzosamente su situación no es cómoda, así como tampoco la de María Eugenia Vidal, a la que yo respeto".
Por otra parte, consultado sobre si luego de las PASO los candidatos quedan 'heridos', en particular su relación con Julián Domínguez -su contrincante en la interna del FpV-, consideró que "lo criterioso de la política una vez que la elección terminó es construir política".
"¿Yo qué voy a hacer de esto? ¿Una cuestión de vida o muerte? Si son mis amigos, mis compañeros de toda la vida Fernando (Espinoza) y Julián. ¿Hubo cosas que no fueron acertadas? Seguramente las hubo... de los dos lados", sintetizó el jefe de ministros y candidato a gobernador.
Fuente: Télam