"La memoria del amor de Jesús se hace comulgando con su carne y con su sangre. Esta es la memoria que une, el camino que aglutina a un pueblo que quiere permanecer sin disgregarse", dijo el cardenal en su homilía ante una multitud reunida frente a la Catedral metropolitana.
El arzobispo explicó en su sermón que esta festividad exhorta a "tener buena memoria del amor de Dios" y que esa facultad "nos permite permanecer en el amor, traer cerca a los que amamos, recordar, es decir, sentirnos en comunión con ellos en nuestro corazón".
"Permanecer, recordar, caminar... Las lecturas de hoy nos hablan de amor. De un amor para permanecer en el cual hace falta recordar sus gestos mientras caminamos. Nos ponemos en camino pero sabiendo de dónde venimos y a dónde vamos: caminar en memoria, caminar recordando", señaló y remarcó -en cambio- a los que andan "desvinculados, ensimismados, solitarios, fragmentados".
En ese sentido, instó a "caminar juntos como peregrinos, con el corazón rebosante de alegría, sintiéndonos pueblo fiel de Dios; vinculados con los demás, atentos al que necesita, llenos de proyectos creativos y fecundos para el bien de la familia y de la patria".
Señaló además que Jesús "no nos quiere ni quietos ni atropelladores, ni dormidos sobre los laureles ni crispados. Nos quiere mansos, con esa mansedumbre con que nos unge la esperanza que no defrauda. Nos quiere pacíficamente laboriosos en el camino".
"¡Qué lindo es caminar así por Buenos Aires! Qué distinta se siente nuestra Ciudad, esta misma avenida, que en la semana adquiere un ritmo febril. Queremos marcar nuestros pasos en el asfalto para que se pacifique toda persona que luego pase por aquí. Queremos dejar grabadas nuestras huellas, las de los pies hermosos de los mensajeros de la paz", añadió.
Bergoglio exhortó también a caminar esas calles haciendo "memoria de nuestros mayores, que las caminaron en la esperanza de que nosotros fuéramos mejores" y mirando "hacia adelante, avizorando a nuestros hijos y nietos, deseando que las transiten en paz y justicia, en fraternidad y solidaridad".
"Caminamos con sentido del tiempo cristiano, que es tiempo de amor, tiempo que vincula, tiempo que no levanta muros sino que tiende puentes entre las generaciones y entre los corazones, tiempo en el que se privilegia la unidad al conflicto", concluyó.
Poco antes de la misa central, el cardenal recibió a jóvenes de distintas congregaciones que llegaron caminando en cuatro columnas desde Liniers, Villa Urquiza, Parque Patricios y Belgrano, y a familiares y amigos de las víctimas de Cromañón que se reunieron en la Plaza Once para esperarlo y caminar desde allí a la Plaza de Mayo.
En ese contexto, Jorge Mario Bergoglio, les pidió a los jóvenes "que cuiden su libertad", que no dejen "baratear" su juventud en manos de "mercachifles" que solo buscan a través de las drogas, la violencia, la prostitución infantil y la trata de personas quitarles su libertad.
"Esos te venden un buen rato de hoy, a paga de tu libertad. No te dejés meter la mano en el bolsillo. ¿Quieren eso? ¿quieren quedarse sin su libertad?", los exhortó Bergoglio.
"La vida es para jugarla en serio, no es para jugarla en broma", les dijo el cardenal, quien pidió un minuto de silencio por las víctimas de Cromanón, al tiempo que les dijo a los familiares presentes que le rogaba a Jesús para que los consolara en el dolor.
El cardenal no acompañó a los fieles en su procesión hasta la Plaza de Mayo y prefirió tomar el subte de la línea A, a donde estuvo acompañado por una decenas de colaboradores y se negó -en tono cordial- a hacer declaraciones a los periodistas.