En este marco de lucha antiminero, los ambientalistas fortalecieron aun más sus gritos, pidiendo la destitución del jefe comunal José Perea.
No obstante, el intendente afirma en cada diálogo con la prensa que no abandonará su cargo al cual llegó gracias al voto de la comunidad andalgalnse y remarca que permanecerá en su puesto hasta el 2011.
En este sentido, el jefe comumal lanzó duras advertencias señalando que una vez que cuente con el relevamiento de todos los daños causados denunciará a los que cometieron destrozos, responsabilizando principalmente a los cabecillas del grupo ambientalista.
Por otra parte, Perea apuntó contra el ex concejal Rodolfo Cecenarro y Oscar Matecich argumentando que sus intenciones tienen un trasfondo político.
“Quieren quedarse con la Municipalidad y para eso deberán esperar hasta el 2011”, reflejo Perea dejando en claro que no renunciará a su cargo de intendente.
No tiene derecho a decidir sobre la explotación de Agua Rica, porque en el mejor de los casos, seguirá en la Municipalidad hasta el 2011, pero las consecuencias de la minería continuarán por siglos, especialmente en lo referido al metal maldito, el uranio, que es el que causa el cáncer a las poblaciones de Andalgalá y Belén, entre otras.
El pueblo ya habló. Si este títere de los Rojano, los Giorgani, los Jais, y otros, persiste en su actitud, entonces será arrojado por la fuerza, en otra Toma de a Bastilla.
No queda otra, el régimen minero instaurado por Ménem y Cía, ha determinado que las multinacionales mineras como Yamana y Xstrata, en contubernio con los corruptos locales, los Kirchner, los Gioja, Mayoral, Brizuela del Moral, Sinner, Molina, etc, estén dispuestos a matarnos a los andalgalenses y gente de otros pueblos, para sacar los minerales.
VINIERON A MATARNOS, LUCHAREMOS, Y TODOS LOS CORRUPTOS TENDRAN SU MERECIDO.
ANTE CUALQUIER PROVOCACIÓN, EL PUEBLO HABLARí NUEVAMENTE.