En este sentido, expresan que “es bien entendido que los basurales a cielo abierto suelen ser uno de los focos infecciosos de muchas de las enfermedades que contraen a diario las personas que habitan en sus cercanías. Así como también, se convierte en un riesgo la contaminación de napas, arroyos y fuentes de agua. Ni que decir de la contaminación del aire con olores nauseabundos, y los contagios que pueden llegar a trasmitirse por la infección de los distintos animales domésticos y no domésticos, que abundan por el lugar”.