Después de lo sucedido en el mes de Abril del año 2003, con motivo de las elecciones presidenciales en cuyo accionar quedo demostrada la dependencia intelectual de la conducción, con la participación de algunos afiliados, quienes protagonizaron un hecho deplorable, con la espuria convocatoria instando a los
afiliados a votar por un candidato que no era el de la U.C.R; Tales como López Murphy (Recrear), Néstor Kirchner (actual Presidente), etc.; la amañada convocatoria trajo aparejada una dispersión ideológica del electorado de la provincia, con una grave desorientación del pueblo en su conjunto.
Es cierto que el centenario partido atraviesa una da las más profundas crisis institucionales de su historia, cuya consecuencia trajo aparejada una deserción al partido que los vio nace; pero lo que no podemos dudares es que en la década castillista la U.C.R fue convertida en una cáscara vacía de
contenidos, no solo espiritual, sino también ética, que tuvo un resultado arrastrado por los comportamientos falaces de una dirigencia que vino enervar los principios y la doctrina, cuyo aporte fue a la decadencia moral que trajo la quiebra de la
continuidad histórica de un partido de cuadros para lograr posicionarse en la coyuntura, causa eficiente de todos los males de la política de la Republica.
El Radicalismo Autentico, los hombres que profesamos con fe en estos principios inculcados y reivindicamos la identidad, los valores fundacionales de la U.C.R, para devolverle la credibilidad a sus afiliados y al pueblo en general, que es posible gobernar con los principios, con la decencia como único comportamiento valido del quehacer político.
Daremos continuidad a los comportamientos y conductas y serán nuestras banderas irrenunciables a esos comportamientos heredados de Alem, de Don Hipólito, de Don Amadeo hasta Don Arturo, legado que nos inspira y nos rejuvenece en nuestras luchas.