El gobierno, que se niega a recurrir a un rescate internacional como el que experimentaron Irlanda y Grecia meses atrás, había presentado un cuarto plan con nuevas medidas de austeridad, basado en la reducción de pensiones y el gasto estatal en un 4%.
Sin embargo, las posibilidades de que el plan oficial fuera aprobado eran escasas: de izquierda a derecha, todas las fuerzas opositoras anticiparon que no lo apoyarían.
Y no hubo sorpresa. El rechazo creó las condiciones para el colapso del gobierno socialista de minoría, un día antes de una cumbre europea.
Conocida la caída del gobierno, el presidente Aníbal Cavaco Silva deberá llamar a elecciones anticipadas, previa consulta con el Consejo de Estado.
Los socialistas contaron sólo con los 97 votos de sus legisladores, en un Parlamento que posee 230 escaños. El plan necesitaba al menos el apoyo de 116 parlamentarios.
En los dos fines de semana anteriores, se había realizado grandes protestas contra la austeridad y los operadores de ferrocarriles del país realizaron una huelga para exigir salarios más elevados, lo que generó caos en el tráfico en toda Lisboa.
Antes de conocerse la noticia, la Unión Europea decidió posponer hasta junio la discusión sobre un multimillonario fondo de rescate para países en problema, que debía debatirse en la cumbre que se celebrará entre el jueves y el viernes.
Fuente: Reuters