Nixon preguntó a Médici, que ocupó la presidencia de facto entre 1969 y 1974, si los militares chilenos estarían dispuestos a colaborar en la asonada contra el socialista Salvador Allende.
Médici dijo, por su lado, que Allende sería derribado en Chile por las mismas razones que llevaron al golpe contra el presidente constitucional brasileño Joao Goulart, en 1964.
La familia de Joao Goulart abrió un proceso contra el Estado norteamericano por su complicidad en el golpe que instauró la dictadura brasileña que se prolongó hasta 1984.
Según los hijos y la esposa de Goulart el embajador norteamericano en 1964, Lincoln Gordon, y el agregado militar, Vernon Walters, participaron activamente en la destitución del ex mandatario.
Henry Kissinger, asesor de Seguridad Nacional de Nixon, y único sobreviviente conocido de esa cita, fue quien transcribió el informe recientemente liberado a la opinión pública.
Nixon comentó a Médici que podía enviar dinero o "alguna otra ayuda" a los grupos sediciosos chilenos, para "evitar" nuevos experimentos izquierdistas como los de Allende y el cubano Fidel Castro, consigna el documento obtenido por la ONG Archivo Nacional de Seguridad.
Dos años después de la cita en Washington, militares chilenos al mando del general Augusto Pinochet derrocaron a Salvador Allende el 11 de setiembre de 1973.
Médici y Nixon también coincidieron en la necesidad de poner fin al gobierno de Fidel Castro y que una de las formas de hacerlo era dando respaldo a los exiliados anticastristas.
Fuente: Télam