El canciller, ligado a la causa por el secuestro y torturas que padeció su padre, el periodista Jacobo Timerman, consideró que los represores juzgados "deben estar en prisión común, como cualquier asesino", y consideró que además "Papel Prensa fue el mayor robo cometido durante la dictadura".
Dijo que es "importante que se siga con la investigación de Papel Prensa" y pidió que "Héctor Magneto y Bartolomé mitre se presenten a declarar y sean juzgados" porque "este juicio es la demostración más fehaciente de que aparte de asesinos eran unos ladrones los que estaban a cargo de la dictadura cívico militar".
"El diario La Nación fue denunciado por el Tribunal porque trató de influenciar en este juicio. Es una satisfacción ver cómo se denuncia a los poderosos de otrora y se hace justicia", agregó el canciller y evaluó que "en la democracia no sólo se construye hacia el futuro sino que se revisa el pasado".
En tanto, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, afirmó que "hemos tenido la paciencia de esperar 35 años y, finalmente, se hizo justicia", pero recalcó que su sentimiento "no es de alegría, sino de satisfacción".
"También hay que tocar a otros sectores de la sociedad que estuvieron involucrados o fueron cómplices y se escondieron detrás de argumentos mentirosos, como la Iglesia", sostuvo y dijo que "hoy se juzgó a un civil, nuestro reclamo es que se juzgue a todos los civiles como Martínez de Hoz o Roberto Alemann".
Carlotto indicó que "Smart era funcionario y parte de una historia de muerte y tortura, por lo que este es el punto inicial para que se siga con otros juicios a civiles".
"Es magnífico que se revoquen las prisiones domiciliarias", analizó y agregó que los represores que gozan de ese beneficio "luego se pasean por las calles, se burlan de nosotros cuando, en realidad, son genocidas peligrosos a los que no hay que tenerles sentimientos de compasión".
Fuente: Télam