En este marco, el film comenzó con imágenes del caos social y político del 19 y 20 del 2001 que derivó en la caída de Fernando De la Rua y el relato del hijo de Néstor Kirchner, Máximo, recordando a su padre cuando de niño le marcaba que desarmar un juego también implicaba tener que volver a armarlo como sucede en la vida política.
Las escenas que mayor conmoción generaron fueron cuando aparecieron los cuerpos sin vida de los militantes populares Darío Santillán y Maximiliano Kosteki; y la dramática muerte del jóven del Partido Obrero, Mariano Ferrreyra, por el cual está siendo juzgado el entonces titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza.
Un momento emotivo fueron la apariciones de las figuras de Ernesto "Che" Guevara, Fidel Castro, Juan Domingo Perón, Hugo Chávez, Rafael Correa y Fernando Lugo.
A lo largo del film quedó plasmada la historia de amor que unía desde su juventud a Néstor y Cristina, a través de imágenes del archivo fílmico familiar y especialmente cuando se produce el traspaso de mando el 10 de diciembre del 2007.
Otra de las escenas que conmovió a los asistents fue cuando Kirchner da la orden de bajar los cuadros de los represores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, y cuando mira fijo y desafiante al entonces presidente de EEUU, George Bush, en la Cumbre de las Américas en 2005, al rechazar la conformación del ALCA.
Una de los personajes más aplaudidos en el film que no pertenece a la estructura peronista, fue el ex presidente radical Raúl Alfonsín, cuando el film recuerda su discurso en La Rural que era interrumpido por silbidos por los conservadores de la Sociedad Rural.
Entre los más abucheados figuraron los represores de la última dictadura; los cuatro integrantes de la mesa de Enlace del campo que realizaron un extenso lock out patronal contra la resolución 125; el ex vicepresidente Julio Cobos que votó en contra de la ley que su gobierno proponia sobre retenciones móviles agropecuarias.
También silbaron al periodista del Grupo Clarín Jorge Lanata, cuando este explicaba el mapa de la concentración mediática.
A medida que fue transcurriendo la proyección, los espectadores comenzaron a sentir el impacto de que la vida del protagonista de la película llegaba a su fin, y habia lágrimas por su prematura muerte, pero con la certeza de que el líder había dejado un legado para el futuro.
Fuente: Télam