Empresas e instituciones como Coca Cola, Yuhmak, Car Automotores, el Banco de la Nación Argentina, Quilmes, la Municipalidad de la Capital y una carpa del Gobierno con el nombre de “Catamarca Minera” y el PAMI entre otras, engalanan este sector del Predio Ferial Catamarca mostrando sus productos y tareas diarias para el conocimiento de los turistas y de los catamarqueños.
En ellas se pude observar además de los productos, los servicios y conocer un poco más a estas empresas e instituciones de nuestra provincia y que están afincadas en nuestra provincia desde hace muchos años a esta parte.
Una buena oportunidad para conocer otra cara de la fiesta por excelencia de los catamarqueños y de Catamarca.
El metal en las manos y Catamarca en el corazón, Fabián Cerrano y Liliana Argañaraz (Capital)
Fabián Cerrano y Liliana Argañaraz, son dos artesanos del metal, esta es su tercera Fiesta Nacional e Internacional del Poncho como expositores, pero su historia va mucho más del trabajo con el metal, la Alpaca en este caso, y tiene que ver con una nueva vida en nuestra provincia.
Fabián es oriundo de San Luis y Liliana de La Rioja, y hace cuatro años que decidieron afincarse en nuestra provincia para vivir y tres años para mostrar todo su arte con la Alpaca, en la Fiesta del Poncho.
“Hace tres años que estamos en el poncho y cuatro que estamos en Catamarca; somos catamarqueños por opción, vinimos a Catamarca, porque paisajísticamente es más linda que otras provincias, la gente es maravillosa y económicamente nos va mucho mejor”, decía esta pareja de artesanos que un día vinieron a nuestra provincia y decidieron quedarse.
Fabián un joven de 48 años, continuó diciendo: “Vivo en Catamarca desde hace cuatro años y me enamore de la provincia; yo le apuesto a un futuro; por una cuestión de peso Catamarca va a tener un turismo fuerte, Catamarca no tiene comparación con ninguna provincia del país”.
Por su parte su esposa Liliana, riojana de origen y catamarqueña por elección dijo: “Ahora se tiene una publicidad mayor del turismo, ahora mis parientes de Buenos Aires me hablan del poncho y se hace más conocido”
Sobre como encontraron la Fiesta del Poncho en esta nueva edición, los artesanos manifestaron: “Este año está mejor, se cambiaron muchas cosas y ahora nos atienden un poco mejor, nos traen criollitos y nos sentimos mejor”
En cuanto a lo especifico de su trabajo y oficio, nos comentaron que trabajan con, “Alpaca, todo metal, medio que soy autodidacta, comencé a los 23 con la artesanía; soy herrero y al soldadura se me hizo más fácil y fui evolucionando; hacemos mayormente bijouterie”.
“Nuestra expectativa es pertenecer al poncho, nosotros tenemos una alegría interior muy grande, estamos muy contentos de pertenecer a esta fiesta; no venimos con un numero en la cabeza, que la Virgen del Valle nos ayude a poder vender”
En el último tramo de la nota, Fabián, curtido por el tiempo y las vivencias, se quebró al recordar a la “Morena del Valle”, fiel creyente de sus atributos y de los milagros que causa en la gente, dijo: “a mí me cambió la vida, le pedimos mucho y siempre nos ayudó, yo tengo un profundo agradecimiento por esta nueva oportunidad que nos dio la Virgen de empezar de nuevo”.
Tan simple como el Simbol, Julio Ocampo (Santa María)
Este artesano empezó de muy joven su oficio, con solo cinco años ya había aprendido de sus padres, y abuelos el arte de hacer cestería.
Con más de 17 años de Poncho, nos trae como todos los años una gran cantidad y variedad de cestos, floreros, canastas, fruteras y paneras, de todos los tamaños para cada gusto.
Como todo tiene su proceso, el mismo recoge del campo la paja, separando las verdes de las amarillas, dejando que se sequen, y luego comienza el tejido de su cestería.
Con la mirada fija en sus productos nos cuenta que para prepararse para esta fiesta, le lleva más de 4 meses de elaboración, así llegando a poseer un stock óptimo para la venta a todas las personas que trascurren cada año.
Ganándose un lugar en esta tradicional fiesta, agradece el lugar que siempre les dan a los artesanos. Ya que esperan todo el año para poder mostrar lo que ellos hacen y lo que son.
Un telar, toda una vida, solo para trabajar en él, Segunda Delgado (Santa María)
Con más de 82 años, con sus manos arrugadas, con una mirada llena de cariño, trasmite calor, en lo que sus manos han producido por tantos años. Se encuentra en su stand como si fuera la primera vez que es parte de este tan prestigioso festival.
Tejiendo desde los 5 años, aprendió de su madre y abuela, lo único que hizo en toda una vida, siendo varias generaciones de tejedoras, nos cuenta que tal vez el año próximo no pueda exponer porque según ella los años no la dejaran, con lágrimas en los ojos, esta anciana tejedora, mira sus manos y aprieta con ellas unos ovillos, que ya no puede, tejer como antes.
Mamá de 11 hijos dice que nunca, por más de todo el trabajo que lleva ser madre dejo de presentarse en estas fiestas, ya que era el lugar oportuno que le daban para comercializar sus productos, para poder sostener a toda su gran familia.
Quiere levantarse y lo hace con una sutileza y encanto, nos muestra, los ponchos, ruanas, bufandas, todas realizadas en lana de llama y vicuña que ha hecho en su telar.
Agradece la presencia de las personas que visitan su stand, y agradece a la Virgen del Valle por otro año de poncho y poder participar en él.