La presentación del estudio se realizó en el salón de conferencias del Centro Temático del Vino “La Enoteca”, en la ciudad de Mendoza, ante la presencia del presidente y vicepresidente 1º de la Corporación Vitivinícola, José Molina y Eduardo Sancho, demás miembros de la entidad, productores, bodegueros y representantes de asociaciones y cámaras vitivinícolas.
La COVIAR es la entidad que reúne al sector vitivinícola de las zonas de Argentina involucradas, a través de los gobiernos provinciales, las asociaciones y cámaras empresariales y los productores, donde la provincia de Catamarca integra formalmente el directorio.
El estudio del Mercado Brasilero de Vinos tranquilos y espumantes fue encarado y financiado en forma conjunta por la Corporación Vitivinícola Argentina y el Instituto Brasilero del Vino (IBRAVIN) con el objetivo de conocer y comprender la estructura y dinámica del mercado brasilero de este segmento de bebidas.
Todo surge en virtud del convenio de integración celebrado en el marco del MERCOSUR, cuyos socios mayores realizaron una experiencia sin antecedentes. Se trata de la primera investigación sobre el mercado de vinos realizada entre Brasil y Argentina, que estudió el desarrollo de la categoría en las ciudades de Porto Alegre, Sao Paulo y Recife.
La presentación realizada en Mendoza estuvo a cargo de Fabián Echegaray, quien es el director de la consultora Market Analysis, encargada de realizar la investigación. Desde el instituto brasilero, participaron los socios Fernando Protas y Diego Bertolini. Cabe remarcar que la Corporación argentina contó con el apoyo del Fondo Vitivinícola Mendoza y Wines of Argentina.
Desde el sector vitivinícola argentino destacan que, “en la actual situación de la economía mundial, estas iniciativas permiten superar las miradas cortoplacistas y generar lazos de cooperación que se transformen en acciones beneficiosas para los dos países”. En este marco, las autoridades de la Corporación consideran que con este estudio de mercado “los actores públicos y privados podrán aunar intereses y esfuerzos”.
Un dato no menor es que, junto al crecimiento de los vinos argentinos en el mercado brasilero, se registra un avance sin pausa de actores extra MERCOSUR, como es el caso de Chile. Esta realidad, empuja a los socios regionales a trabajar en sintonía para fortalecer el bloque.
La investigación
El estudio de mercado de vinos en Brasil fue encarado en 2007 a través de un convenio entre la COVIAR y el IBRAVIN y tuvo un costo de 180 mil dólares.
La investigación se realizó con el objetivo de llegar a contextualizar y tipificar el mercado del vino en el vecino país, señalando su dinámica y estructura; y entender la posición del producto frente a otras bebidas, perfilando las ofertas argentina y brasilera de vinos y reconociendo las tendencias de los compradores y las estrategias posibles a seguir.
Para cualquier producto, el mercado brasilero representa una plaza de 190 millones de habitantes con singularidades importantes en lo que respecta al vino. Aunque la brasilera es una vitivinicultura incipiente, registra un importante potencial de crecimiento. No obstante, los analistas expresan que “el peso de la carga tributaria interna y la débil legislación de control y fiscalización de los productos vitivinícolas son limitaciones que seguramente se abordarán en el mediano plazo”.
Del total de los productos industrializados en Brasil, el 77% son vinos de mesa y 9%, jugo de uva, ambos elaborados a partir de uvas de origen americano, especialmente cultivares de Vitis labrusca, Vitis bourquina y otras variedades híbridas. Cerca del 13% son vinos finos, elaborados con Vitis vinífera; el resto de de los productos industrializados (1%) son otros derivados de la uva y el vino.
La superficie cultivada con viñedos alcanza 77 mil hectáreas y la producción de vinos se centraliza en el Estado de Río Grande do Sul, que concentra el 90% de la actividad vitivinícola (hay otras regiones vitivinícolas menores como el Valle de San Francisco y Pernambuco).
Casi el 80% de la producción de ese país es de vinos tintos elaborados en su mayoría a partir de uvas americanas. De ese 80%, cerca del 90% son vinos de mesa.
La concentración en Río Grande do Sul otorga una identidad regionalista al vino, pero también debilita el estatus del producto en las otras regiones y mercados ya que el vino es considerado un producto artesanal o exclusivo del sur.
Respecto al mercado brasilero, el estudio indica que está fuertemente orientado a la producción de vino tinto de mesa elaborado con uvas híbridas. Los espumantes tienen un rol cada vez más preponderante y dinámico, además de ser un vino que se está posicionando con gran aceptación.
Consumo
De acuerdo a lo detectado por la investigación, actualmente, en Brasil se consumen 2 litros anuales per cápita en promedio. Presenta un potencial de crecimiento gradual pero continuo en el mediano plazo.
Entre los temas relevantes que menciona el estudio, se encuentran el aumento de poder de consumo en clases bajas y medias, que favorece el potencial de difusión y masificación de la bebida; la expansión de las redes minoristas globales (supermercados) que en la economía de escala permite atender nichos poblacionales e importar productos y el valor del vino como bebida con propiedades relacionadas a la salud y la calidad de vino, como así también sus rasgos de consumo social.
La investigación construyó un Índice de conocimiento, tanto para canales como para consumidores. Este índice permitió medir el grado de conocimiento sobre vinos y confirmar que oferta y demanda adolecen de una marcada inmadurez que se comprueba en:
- errónea clasificación de los vinos (fino, de mesa, espumantes);
- confusión entre vinos y no vinos (sangría, sidra, otros);
- confusión o desconocimiento del origen de los vinos (nacionales vs. importados;
Estos aspectos hablan sobre una gran desinformación por parte de los canales y de los consumidores, como también de los escasos criterios de los consumidores para diferenciar vinos finos y de mesa o que se dificulte la elección ante la gran variedad de marcas y tipos de vinos
En el sondeo realizado, los consumidores aseguran que a la hora de elegir un vino predomina el atributo del sabor, luego analizan el precio, la marca y –contrariamente a lo que se presuponía- el origen está el cuarto lugar.
