Cabe mencionar que este es el segundo año que se lleva a cabo este plan, teniendo el año pasado una superficie cultivada de 20 hectáreas y alrededor de una decena productores, mientras que en la presente campaña se aumentó la cantidad de productores y se duplicó la superficie implantada a 40 hectáreas.
Para llevar adelante esta tarea, los diferentes actores teniendo firmaron un convenio de colaboración por el que cada parte asumió diferentes responsabilidades tendientes a cumplimentar dicho plan. De esta manera, la Municipalidad de Huillapima y la Fundación RBS colaboraron con combustible e insumos, Extensión Rural aportó la maquinaria para la realización de laboreo, entregó insumos químicos, asesoramiento técnico y logística. Por su parte, la Dirección de Agricultura colaboró con insumos y asesoramiento técnico, el INTA con asesoramiento técnico, y la empresa Maskay SA es la encargada de hacer la cosecha y de comprar la producción.
Según especificaron los técnicos que intervienen en el programa, los resultados económicos que se obtuvieron al final del ciclo no fueron los esperados ya que surgieron una serie de problemáticas de preferencia climáticas y otras asociadas a plagas y enfermedades que vieron reducidos los rindes esperados por hectárea. Sin embargo, los rendimientos fueron calificados como “aceptables para este tipo de cultivo”.