La radicación de nuevas inversiones genuinas como el complejo turístico Altos de Tinogasta, que toma como base una bodega boutique, más la apertura de otras dos plantas elaboradoras en La Puntilla y Copacabana, así como la apertura del mercado exterior para las bodegas líderes, ponen de manifiesto que se trata de un negocio rentable.
En el otro extremo, la producción primaria diversificada en heterogéneos viñedos familiares minifundistas, atraviesa desde hace años una declinación producto del abandono y la migración de la mano de obra joven, entre otros factores socio-culturales y económicos.
Amplio potencial
No obstante, es importante reconocer que existen numerosas posibilidades para hacer frente a esta situación.
El ámbito natural para canalizar la participación de productores, comerciantes, bodegueros, funcionarios, y todos los que tienen algo que decir en este tema, es el Foro Vitícola que se viene reuniendo periódicamente desde hace un par de años y que es alentado por el Ministerio de Producción a partir de la Dirección de Programación del Desarrollo.
En este ámbito de análisis, planificación y seguimiento de las políticas sectoriales, resulta decisivo el rol activo de los productores, quienes participan en la elaboración de las acciones que se ejecutan para el desarrollo de la vitivinicultura.
Como última novedad, días pasados fue aprobado un crédito de $ 850 mil mediante la línea PRODER, que baja el Banco Nación para la construcción en Fiambalá de una Planta Elaboradora de Mosto Sulfitado. Esta planta aprovechará el excelente potencial de las variedades nativas, cuya productividad por hectárea y concentración de azúcar por grano es muy superior a cualquier otra, otorgando una ventaja competitiva antes desaprovechada.
También está vigente para Catamarca el convenio firmado con la COVIAR para la integración de los pequeños productores a la cadena vitivinícola. Esto incluye el financiamiento -con fondos del BID- de los planes integrados de negocios y la conformación de la Unidad Ejecutora Provincial, todo en etapa de organización con los productores para la presentación de planes de negocio.
Por otra parte, antes de la Vendimia 2009 se constituyó con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) un fideicomiso de $ 3 millones para asistir a los productores locales en los gastos de cosecha y acarreo de uvas para vinificar. En esta oportunidad, algunas bodegas de la provincia participaron solidariamente, actuando como depositarios y custodia de los vinos elaborados.
Siguiendo con los créditos, durante el 2009 la provincia liquidó con fondos propios a productores de Tinogasta y Santa María, para un nivel de producción que ascendió a 2,7 millones de kilos.
Ya para la actual campaña, se constituyó un nuevo fideicomiso con el mismo fin y características, por $ 1,2 millones.
Y aún más, los viñateros e industriales disponen de una línea especial para el financiamiento denominadas de “Reactivación Productiva” y de “Producción Regional Exportable”, ambas del CFI. Estos créditos varían entre los $120 mil y U$S 150 mil.
También se organizan misiones comerciales al exterior con resultados que están a la vista.
La presentación del proyecto de “Fortalecimiento de la Cooperativa Vitivinícola” (COPROVIT) de Santa María por un monto de $ 700 mil ante el Ministerio de Agricultura de la Nación para obtener financiamiento con fondos provenientes del Programa de Asistencia para la Cadena de Valor Vitivinícola es otro camino para obtener recursos.
También están en vías de realización –con financiamiento a través del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP)- los proyectos de “Mejoramiento de la Comercialización de la Provincia de Catamarca” y del “Centro para el Desarrollo para la pequeña Vitivinicultura” en el departamento Tinogasta.
Las campañas
A esto debe sumarse la permanente presencia de las Agronomías de Zona en las campañas fitosanitarias, de fertilización y de reconversión varietal, consistente ésta en el mejoramiento de la producción a través de la injertación de plantas adultas con material genético que otorgue mayor calidad y volumen de producción.
Extensión Rural provee a los beneficiarios de los insumos necesarios, de la totalidad del material genético y pone también la mano de obra en los viñedos del productor. Durante la campaña pasada se injertaron 20 mil plantas en los distritos de Fiambalá, Saujil (T), Medanito y Tatón, pertenecientes a 200 pequeños viñateros, a un promedio de cien unidades por productor.
Lo concreto es que más allá del apoyo oficial que éstos reciben de parte de la provincia, éstos deben dejar de lado el individualismo para encarar con seriedad la representatividad del sector, entendiendo como un aliado al vecino productor que convive con un agónico sufrimiento en la víspera del día que los vitivinicultores de Catamarca tomarán la decisión de aprovechar el potencial que naturalmente comparten.