Los enólogos sanjuaninos fueron prácticamente los impulsores en Catamarca de los cambio de varietales comunes a finos. Llegaron a la provincia hace más de siete años invitados por el enólogo tinogasteño Juan Barbosa, para hablar de la reconversión vitivinícola y de los varietales finos con enólogos y bodegueros de la zona. Precisamente, los productores de vid locales ya pudieron ver en esa oportunidad la conveniencia del cambio que se venía y comenzaron a realizar las importaciones de varietales finos.
Mucha valía
Según el enólogo Cisella, “los vinos de Catamarca son realmente de mucha valía y están aptos para ser exportados a cualquier parte del mundo y dejar a Catamarca muy bien parada”. Si bien consideró que “siempre hay cosas para mejorar”, recordó que a medida que se vaya incorporando tecnología a las bodegas, la calidad va a ir superándose porque hasta el momento, viene sorprendiendo la calidad de vinos que también se producen en bodegas pequeñas a las que se las denomina “boutique”.
El especialista sanjuanino, asegura que todos los vinos de la provincia, incluidos los de Capital, “son de muy buena calidad porque están muy potenciados, tienen más sabor y aroma que los de otros lugares del mundo”. En este sentido, explicó que “en la calidad de los vinos, intervienen distintos factores, como la tierra, la altura, el microclima y el sol. Son agentes que actúan para que los vinos de Catamarca sean de excelente calidad, con muy buenos aromas y sabores, y muchos más intensos que los de origen europeo”. Cisella insistió en que “los vinos de Catamarca están en condiciones de competir con los de Mendoza o San Juan, sino con los de cualquier lugar del mundo y eso ya lo están viendo los europeos: que en Argentina hay gran calidad de vinos y cada vez lo están demandando más”.