El Ministerio de Producción y Desarrollo, a través del programa de Desarrollo Rural del NOA (PRODERNOA), y con un fuerte apoyo a esta tradición artesanal, permite que esos hijos y nietos continúen con el fino tejido de vicuña.
Hace algunas décadas y a raíz de peligrar su supervivencia, las vicuñas, animales silvestres habitantes de la puna catamarqueña, fueron declaradas protegidas y con ello se prohibió que su matanza sirviera para la elaboración de las tan reconocidas mantas y ponchos. La industria artesanal, desarrollada en los valles inferiores de la provincia, sobre todo en Belén, también vio peligrar su existencia y herencia.
Luego de apoyar a los pobladores del puneño caserío de Laguna Blanca, ubicado al Norte del departamento Belén en la realización del Chaku, proceso de esquila, por el cual se obtiene fibra del preciado camélido, sin ocasionar su extinción, el PRODERNOA desde 2008 colabora con el resurgimiento de la casi extinta industria artesanal del fino tejido de vicuña.
Lo hace con la provisión de la fibra obtenida en el proceso de esquila, llegando a beneficiar a más de 40 hadas hilanderas de Belén. De esta manera, se está contribuyendo a recuperar una tradición de trabajo que a estos pobladores les permitió criar a sus familias dignamente, volviendo a moldear en sus husos y telares las mantas y ponchos de vicuña que tanto clamor y reconocimiento mundial le otorgaron.