Para completar la desazón de la comisión, Nora Martínez envió a dos empleados del organismo que no pudieron dar respuestas firmes a ninguno de los planteos, que ya tienen larga data.
A la reunión, presidida por el subsecretario de Agricultura y Ganadería Horacio Ruiz, asistieron representantes del INTA, de la Cooperativa de la Mesa Local de Laguna Blanca, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCa, de la Dirección de Ganadería, de Gendarmería Nacional, del PRODERNOA, y representantes de los productores.
“De lo que nos quejamos es de la inacción y de la falta de vocación de Ambiente de trabajar articuladamente con otras áreas del gobierno, con los productores y demás instituciones”, coincidieron en la COPROVIC.
Los reclamos
Una de las cuestiones que se plantearon fue la alta población de vicuñas que se detecta actualmente en la Puna y que afecta directamente al pastoreo, ya que estos animales son “intocables” pero consumen la escasa pastura existente, compitiendo con vacas y burros que actualmente sirven de sustento. El presidente de la Cooperativa de Laguna Blanca, Raúl Gutiérrez, dijo que la gente se dedicará a las ovejas y a las llamas, ya que “la vicuña es del gobierno y no se la puede tocar”. Por su parte, el director de Ganadería Juan Carrizo opinó que “tampoco se le puede decir a la gente que retire esos animales (burros y vacas) si tampoco le ven el beneficio a la vicuña”.
Otro tema que tampoco tuvo avances es la definición de nuevos lugares para realizar módulos de captura, que fuera solicitado por el intendente de Villa Vil Ramón Villagra a Nora Martínez en agosto del año pasado, y en posteriores notas. Con la incorporación del Campo Las Salinas y Las Retamas, se podría ampliar el campo de explotación de este recurso natural, con el consiguiente perjuicio que provoca a los productores y artesanos. Desde Producción –indicaron- no hay objeciones para otorgarlo, pero falta la autorización de Ambiente. “El ingeniero Vercelli (de esa Secretaría) había manifestado que este estudio se concretaría en la primera quincena de junio, lo que finalmente no ocurrió”, se quejaron en la comisión.
Los nuevos módulos estaban proyectados para ser financiados a través del PRODERNOA, pero la falta de autorización de la Secretaría ocasionó la caída del proyecto por extemporáneo. De este modo, los fondos que podrían haber recaído en beneficio de los habitantes de la Puna se perdieron, y el programa quedará sub-ejecutado ante la mirada de los organismos internacionales.
Por otra parte, el organismo ambiental aseguró en reuniones previas que cuenta con un listado de artesanos habilitados para trabajar la fibra de vicuña, el cual fue solicitado por la comisión, pero éste nunca fue presentado. En este sentido, Villagra aseguró que “hay artesanos que se inscribieron en este registro pero que no trabajan la fibra, lo cual podría dar pie a la venta clandestina”.
Un aspecto de gravedad institucional es la tardanza en la constitución del Comité de la Biósfera. En mayo pasado, la ingeniera Martínez se había comprometido a consultar en Fauna Nación al respecto, pero aún no hay novedad. La consecuencia directa de esto es que, en virtud de que la declaración de Reserva de la Biósfera de parte de la ONU establece como objetivos la conservación, la investigación y el desarrollo de ensayos en el territorio, “estamos en falta porque hay que ir informando sobre las actividades que estamos realizando en la Reserva”, indicó un representante de la Universidad.
Finalmente, quedó evidenciada la falta de gestión ante Ambiente Nación para obtener la autorización para representar a Argentina en las reuniones de países que suscribieron el Convenio de la Vicuña.
