* Se estima que el déficit comercial con China, para este año, superará los 1.000 millones de dólares.
* Este fenómeno provoca una elevada asimetría en la generación de puestos de trabajo entre: la exportación de granos y la importación de manufacturas.
La Fundación Pro Tejer realizó una Encuesta cualitativa a 104 empresas de la cadena de valor textil
A pesar de la avalancha comercial China un 63% prevé amentar sus ventas, un 55% sostuvo que planea realizar inversiones para incrementar su capacidad productiva, mejorar su competitividad y la calidad de sus productos y otro 42% afirma que contratará a más trabajadores durante este año.
Las exportaciones textiles durante el primer bimestre del año fueron de 92 millones de dólares, representando un aumento del 40,1% respecto a igual período de 2006.
A pesar de la escalada de las importaciones liderada por el explosivo crecimiento de las ventas de China, la cadena de valor textil-indumentaria prevé, durante 2007, seguir incrementando su capacidad productiva a través de más inversiones y generando nuevos puestos de trabajo.
Los resultados de la Encuesta Cualitativa Anual de la Fundación Pro Tejer - realizada en marzo pasado a 104 empresas de las principales ramas del sector - revela las expectativas de los productores para este año. Estos pronunciamientos se verifican, asimismo, en el aumento sostenido que registran las inversiones en bienes de capital.
{adr}En efecto, la incorporación de tecnología productiva, según las cifras del INDEC, viene creciendo a partir de 2003 a una tasa promedio anual del 35%. De este modo, desde el inicio del nuevo modelo económico, la incorporación de maquinaria textil alcanza a 2.500 millones de pesos.
Como contrapartida, las importaciones se mantienen en niveles record y crecientes. De hecho, se produjo un nuevo record para el primer bimestre de un año (191 millones de dólares) e implicaron un aumento del 15,4% respecto a los dos primeros meses de 2006, según las estadísticas del INDEC.
Los mayores crecimientos de las ventas externas se registraron en las prendas de vestir (36,3% durante el primer bimestre respecto a igual período del año pasado).La razón se explica en las importaciones de China, que aumentaron explosivamente (157%).
“Esta performance es particularmente nociva para el sector por dos motivos básicos: por un lado, ataca a los sectores con más valor agregado (los de la ropa) y, por otro, tiene un efecto de arrastre sobre el resto de la cadena de valor que provoca la contracción de la producción de tejidos, de hilados y de servicios de tintorería, por ejemplo”, manifestó el Presidente de la Fundación Pro Tejer, Aldo Karagozian.
Este fenómeno es emblemático del fuerte desequilibrio comercial que afecta a la Argentina en su relación comercial con China. En rigor, se estima que el déficit para este año, si no se toman urgentes medidas, superará los 1.000 millones de dólares. Todo esto con un efecto adicional muy negativo sobre el empleo, debido a la elevada asimetría existente en la generación de puestos de trabajo entre: la exportación de granos y la importación de manufacturas.
Sin embargo, un dato relevante de las expectativas favorables del sector sobre el modelo productivo vigente, indica que un 63% prevé aumentar sus ventas.
Ese optimismo también se manifiesta en que el 40% de las empresas que esperan incrementos de sus ventas pronostica que serán superiores al 10% respecto de 2006. En tanto, el 41% de esas firmas calcula que sus ventas aumentarán entre el 5 y el 10% y el incremento será inferior al 5% para el resto (19%) de los consultados por la Encuesta Cualitativa, que se realiza trimestral y anualmente desde el año 2004.
Por otra parte, 55% de los empresarios sostuvo que planea realizar inversiones para incrementar su capacidad productiva, mejorar su competitividad y la calidad de sus productos y el 42% afirma que contratará a más trabajadores durante este año.
Esta dinámica inversionista, además de liberar eventuales cuellos de botella e insertar a más trabajadores al sistema productivo, aparece como la principal estrategia empleada por las empresas del sector para afrontar los dos principales problemas que surgen de los resultados del relevamiento: la caída en los niveles de rentabilidad y la competencia de productos asiáticos y en particular de China; “ambas problemáticas están estrechamente vinculadas entre sí ya que la industria nacional debe competir con el sistema productivo chino que paga magros salarios, tiene una moneda extremadamente subvaluada, donde el Estado otorga enormes subsidios a su industria”, recalcó Karagozian.
Y advirtió que “el hecho de que China sea el principal propulsor de esta invasión es aún más perjudicial por los valores irrisorios a los que ingresa la mercadería de ese origen y lo más lamentable es que esos valores no llegan a los consumidores -son absorbidos a través del proceso de comercialización- y destruyen a la oferta nacional”.
La razón a esta paradoja de expansión industrial -la actividad textil creció un 108,5% desde la devaluación- e invasión de importaciones, la explica el titular de Pro Tejer: “luego de haber atravesado décadas de postergación y desmantelamiento industrial, desde el comienzo del actual modelo el sector ha sido respaldado; por eso, para hacer frente a esta particular coyuntura de aumento de costos, caída de rentabilidad e importaciones record el sector responde con inversión y generación de empleo ya que la única alternativa en este marco es aumentar la productividad con nueva tecnología y más volumen de producción”.
“Sin embargo - agregó - es clave para la continuidad de este modelo que el Gobierno siga enviando señales concretas de defensa y promoción de la industria nacional y, en particular, que actúe, como lo ha hecho Brasil, Europa y los Estados Unidos, restringiendo con cupos al crecimiento de la importación de China porque conservar los mercados internos es fundamental para el desarrollo”.
