La idea del libro es aportar “un poco de sensatez al confuso y abigarrado panorama alimentario”, señaló Katz, directora de la Carrera de Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro, a la Agencia CyTA.
Mucha gente considera peligrosos a muchos alimentos procesados aunque sean seguros, precisó. “Estamos asistiendo a una situación crítica: demonizamos la carne y crecen los vegetarianos; demonizamos la leche y crece la osteoporosis y el déficit de vitamina D; demonizamos las harinas y el azúcar y nos quedamos sin energía ni placer. ¿Qué es lo que comemos entonces?”, planteó Katz, quien es fundadora de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA) y directora y creadora del sitio de educación alimentaria Fat-Fit.
El alimento que todos creemos está solo al servicio de nuestra nutrición, dijo Katz, modula además emociones –como el estrés o la ansiedad- y posee, también, una finalidad hedónica. “Una vez superados los niveles de supervivencia, las personas comemos por puro gusto o simplemente porque disponemos de comida. Esto constituye un riesgo en la era de la epidemia de enfermedades crónicas como la diabetes, las cardiopatías y la obesidad”, enfatizó la especialista.
La comida sabrosa no es una promesa, es una realidad tangible presente y placentera. Por el contrario, el castigo que implica ganar peso o empeorar la presión arterial por comer lo inadecuado, no son percibidos en muchas ocasiones. “Detener la ingesta excesiva o la no saludable, implica una demanda de control. En las 100 a 150 decisiones diarias que realizamos en relación con el comer o el beber es muy factible que fallemos alguna o muchas veces”, admitió y agregó que por ese motivo es importante una toma de conciencia por parte de la sociedad respecto de lo que es una alimentación saludable.
Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir
www.agenciacyta.org.ar
www.agenciacyta.org.ar