El tren no tiene máquina propia, por ello debe esperar en cada estación que alguna máquina del Belgrano Cargas le permita llegar a destino. Sus vagones permiten la asistencia odontológica, pediátrica, ginecológica y hasta de rayos X, con una gran cantidad de medicamentos que la empresa Bagó aportó para la causa.
Las profesionales que forman parte de este contingente son muy jóvenes y en su mayoría han llegado por primera vez a la zona, donde podrán compartir sus saberes, a través de talleres sobre prevención primaria de la salud y también violencia doméstica.
No solo atenderán en el tren, sinó además a domicilio en caso que las mujeres o niños no pudieran acercarse a la estación de Tapso, donde permanecerá atendiendo hasta el viernes 16 de este mes.
El equipo, al que debemos estar agradecidos por su vocación solidaria, está integrado por María del C. Ochandio (asistente social), Graciela Agüero, Luciana Magliocco y Mariela Martínez (pediatras), Soledad Giménez, Daniela Cavalli y Eugenia Beracochea (odontólogas), Gabriela M. Inés Bordiga (radióloga), Romina Cabrerizo (laboratorio), Mónica Saavedra (enfermera), Bety (cocinera), Patricia (mucama) y Alfredo y Federico (mantenimiento), coordinados por la Licenciada en Trabajo Social Raimunda Domínguez.
Ellas decoran sus respectivos consultorios con globos y dibujos donde los chicos se sienten tranquilos, mientras los diagnostican, pero además reciben los dibujos que los niños hacen y que formarán parte luego de la decoración, pero en especial como dicen a cada momento: "Nos dan mucho más de lo que traemos..."
Recordemos que la Fundación Alma es una entidad sin fines de lucro, cuya misión es crear y mantener centros de atención para la salud de los chicos en situación de pobreza. Fue fundada por el Médico Pediatra Martín Urtasun y comenzó su obra con la Sala de Cirugía del Hospital Alvear en 1976. Desde el año 1980, opera el Tren-Hospital para chicos.