Las hernias abdominales son pequeños bultos que aparecen luego de realizar esfuerzos, especialmente en la región de la ingle o en el ombligo. Ocurren en personas que tienen zonas de debilidad congénitas o adquiridas, que permiten la salida de parte del contenido abdominal hacia el exterior a través de las mismas.
Todos los movimientos que realizamos a diario, tales como caminar, pararse, sentarse, etc. involucran un aumento de la presión en la cavidad abdominal que facilita el aumento de tamaño progresivo de las hernias. Por este motivo, una vez diagnosticadas deben operarse.
Muchas personas postergan su paso por el quirófano para evitar someterse a operaciones que interfieran con su ritmo de vida. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas cuando era necesario hacer reposo alrededor de un mes pasada la cirugía, hoy existen nuevas técnicas llamadas mini invasivas que incluso permiten al paciente realizar ejercicios físicos a los pocos días de la operación.
El Dr. Norman Jalil, médico especialista en Cirugía Mini Invasiva de Sublimis, explicó que estos métodos son ideales para tratar, por ejemplo, hernias inguinales bilaterales, o aquellas que reaparecen a pesar de haber sido operadas previamente.
"Habitualmente los pacientes descubren a las hernias cuando, luego de realizar un esfuerzo, aparece un pequeño bulto en zona de la ingle o en el ombligo. Es habitual que inicialmente perciban dolor y ardor en la zona afectada, y que con el tiempo vayan aumentando de tamaño. Si bien muchas personas pueden adaptarse y permanecer mucho tiempo con las mismas, el peligro aparece cuando una visera sale hacia el exterior y se atasca, pudiendo terminar en una gangrena abdominal. Por este motivo, los cirujanos aconsejamos resolver el problema en una cirugía programada y no de urgencia, cuando los riesgos pueden ser mayores", explicó el especialista.
Respecto a las técnicas mini invasivas, el Doctor Jalil agregó: "hay un cambio de concepto en la forma de reparar la debilidad que produce la hernia. Mientras que antes se forzaba a los tejidos para mantenerlos unirlos generando una tensión importante en la zona afectada, ahora se coloca una malla que permite contenerlos sin tensión. Además, las técnicas mini-invasivas permiten completar la cirugía a través de dos o tres incisiones de cinco milímetros, mediante las cuales se coloca una cámara de alta definición, que permite trabajar con gran detalle y seguridad."
Las ventajas son muchas y se relacionan con menor dolor, pronta recuperación y reingreso temprano a la actividad física y laboral. Habitualmente los pacientes se internan el día de la operación y luego de una hora regresan a la habitación para su recuperación, pudiendo retornar a su domicilio en 24 hs. como máximo.
"Estamos seguros de que esta modalidad de trabajo genera grandes beneficios a los pacientes y los motiva a resolver este problema antes de que aparezcan complicaciones indeseables. Además, ofrece resultados estéticos muy buenos, ya que quedan cicatrices imperceptibles", concluyó el especialista.
