Explica también que las autoridades están convocando a los maestros, los profesores, los policías, los remiseros, taxistas y hasta los sacerdotes, para que la actitud de la gente cambie.
“Cuando se identificó que había una epidemia de dengue, empezamos a capacitar a los médicos y enfermeros. Pero nos dimos cuenta que teníamos que aumentar el alcance: por eso estamos dando charlas para que los lideres comunitarios sepan y nos ayuden a detener el dengue, la idea es que cada profesional actue como agente de salud y trasmita en su ambito como eliminar el mosquito transmisor y como detectar los síntomas de la enfermedad”, declaraciones de Mirella Orellana que publica el diario.
En un párrafo de la nota, la periodista comentó: “Ayer por la tarde, el calor era sofocante en la capital provincial y todos se fueron a dormir la siesta entre las 13 y 17, como todos los días. Los mosquitos no se ven, pero pican, y, pese a la situación, pocos le tienen miedo. "No uso repelente. ¿Para qué? El dengue ya está aquí", dijo, resignado, Raúl, de 39 años, un chofer. Similares comentarios dijeron otros catamarqueños a Clarín. "La gente no toma conciencia del riesgo. Muchos actúan como si nunca los fuera a afectar", enfatizó Jorge Brandan, especialista local en medicina social y comunitaria”.