La protesta de los trabajadores autoconvocados de la salud demoró la atención de su hijo y de una docena de otros niños. Junto a ella, Analía Salazar contó que el viernes estuvo desde las 11.45 hasta las 21.15 para que atendieran a su hijo. "Siempre es así", remarcó. Las dos afirmaron, además, que por estos días no hay farmacia ni kinesiólogo en el hospital.
Los hospitales en Tucumán recibieron ayer menos casos que en días anteriores. Las guardias del hospital Padilla, del hospital de Niños o del Avellaneda funcionaron con normalidad; y quizás hasta un poco más relajadas, debido al menor caudal de pacientes. "Por más que están de paro, nos atendieron bien. Estamos agradecidos", afirmó Jorge Rocha en la guardia del Centro de Salud, y elogió la seguridad, la atención y la limpieza en este contexto. "Se merecen el aumento de sueldo", sentenció.
Pero el quite de colaboración no afectó a todos de la misma manera. Fuera de los consultorios externos del Padilla, las esperas se hicieron más largas e inciertas de lo habitual, debido al paro. Mercedes Rodríguez de La Banda del Río Salí -asmática crónica- necesitaba consultar a su neumonólogo. "A las 6.30, y de casualidad, me dieron un turno. No sabían si el Doctor iba a atender o no. Se ve menos gente ahora, pero se demora lo mismo. Los humildes no tenemos para pagar un médico privado", renegó. Menos suerte tuvo Rosa Carreras, que no pudo conseguir turno. En un CAPS de Villa 9 de Julio la cantidad de turnos se redujo y también las horas de trabajo, según contó la fonoaudióloga de allí.
Las medidas de protestas se sintieron mucho más entre los enfermos de zonas pobres que no requerían una atención de urgencia. Algunos de ellos cuestionaron el accionar de los autoconvocados. "A mi esposo le dieron atención inmediata, tenía un ataque de asma y había unas 15 personas antes, pero pasaron rápido", explicó Marta, una vecina de Villa Urquiza, aunque dejó en claro que no comparte la protesta: "no podemos pagar médicos privados. El paro es justo, pero no apropiado. Todos cobramos nada".
Episodio confuso
En la guardia del Centro de Salud, un episodio confuso agitó los ánimos. Un paciente coronario derivado del hospital Avellaneda sufrió un paro cardíaco y falleció al poco tiempo de ingresar a la guardia. Su familia, desconsolada, recriminó la lentitud del procedimiento para internarlo (ya le habían diagnosticado el problema del corazón y la internación había sido solicitada). El subdirector del hospital, Daniel Pero, explicó que el ingreso por guardia requiere de una evaluación por parte de los emergentólogos, antes de pasarlo a un área de cuidados intensivos. La muerte no les dio tiempo para nada.
Fuente: lagaceta.com.ar