Cabe recordar que la gripe o influenza, es una enfermedad viral que se transmite de una persona enferma a otra por gotitas provenientes de la vías respiratorias, a través de la tos, estornudos o simplemente cuando habla. Es más común en épocas de frío. Los síntomas (fiebre, tos, resfrío, malestar generalizado, dolor de garganta, de cabeza y muscular) aparecen a las 48 horas tras el contagio.
Si bien la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de tratamiento médico, en los niños pequeños, las mujeres embarazadas y puérperas, los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas, la gripe puede presentar complicaciones y poner en riesgo la vida.
Es importante vacunarse, ya que la vacuna antigripal es la herramienta de mayor eficacia e impacto para la prevención, en especial para los grupos con mayor riesgo de presentar cuadros graves por esta enfermedad. Debe aplicarse todos los años pues otorga inmunidad aproximadamente por doce meses.
El lavado adecuado de las manos o su desinfección en forma frecuente es otra medida de alto impacto para evitar la transmisión de la gripe y de otras enfermedades infecciosas. Además, cumplir con medidas de control al toser o estornudar (como cubrirse con el codo) contribuye a disminuir la posibilidad de transmisión del virus.