Por eso, señaló que "el tratamiento inicial del colesterol se basa en cambiar el estilo de vida, combatir el sedentarismo y seguir una dieta saludable, rica en fibras y pobre en grasas".
Sostuvo que "debe limitarse la ingesta de azúcares refinados y consumir más frutas, vegetales, granos enteros y pescado".
Recordó que Interheart, en el que participaron 20.000 pacientes de 52 países de los cinco continentes, "demostró que en los pacientes con niveles de colesterol alto, el riesgo de infartarse es tres veces superior respecto de aquellos que no lo padecen".
El colesterol es un lípido insoluble que se presenta en la sangre y que puede ser malo, conocido médicamente como LDL o bueno, calificado como HDL.
Cuando el LDL se encuentra en exceso, es decir más de 100 miligramos por decilitro de sangre promueve la aterosclerosis, que es la obstrucción de las arterias y de acuerdo a lo destacado en el encuentro médico, triplica el riesgo de padecer un infarto.
Los principales factores que incrementan los valores de LDL son: las grasas saturadas, las grasas trans, el cigarrillo, la presión alta y la diabetes.
En tanto, el llamado colesterol bueno tiene la función de remover el exceso de LDL de la pared arterial y el tener valores mayores a 50 miligramos por decilitro de sangre, es considerado como un protector de la enfermedad cardíaca. Mónica Katz, nutricionista y codirectora de la Carrera de Especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro, indicó que "en la actualidad se cuenta con nuevos alimentos que actúan directamente sobre el colesterol y contribuyen en gran medida a mejorar el perfil lipídico".
Katz destacó que "es importante conocer y utilizar aquellos nutrientes o fitoquímicos que poseen efecto reductor del colesterol".
La nutricionista señaló que "los fitosteroles demostraron disminuir la absorción intestinal de colesterol, tanto de origen dietario como de origen endógeno (biliar)", Los fitosteroles están presentes en mínimas cantidades en los aceites vegetales, en las nueces, la palta y en productos lácteos enriquecidos o funcionales.
Katz insistió en que "una dieta alta en grasas saturadas, más factores como el sedentarismo, el hipotiroidismo, la obesidad, la diabetes de elevada prevalencia y ciertos genes, incrementan los niveles de colesterol".
Explicó que "la dieta promedio contiene 35 a 40% de las calorías como grasas"y acotó que "si bien no todas son malas para la salud, gran parte de ellas son saturadas y trans, lo que incrementa los niveles de colesterol LDL".
Los alimentos con componentes funcionales que ayudan a disminuir el colesterol y evitar el infarto son las frutas de las que se recomienda tres a cuatro porciones por día, verduras y avena.
También, los productos enriquecidos con fitosteroles como leches, yogures y jugos, aceites vegetales, pescado, lino, chía, derivados de la soja y vino tinto en baja cantidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en 2005 murieron en el mundo 7,6 millones de personas por infarto y otros 5,7 millones por accidente cerebrovascular.
En Argentina, hay 249,5 muertes anuales cada 100.000 habitantes por enfermedades cardiovasculares, mientras que las enfermedades tumorales causan 147,5 y las de etiología infecciosa, 67,9 .
Además, el antecedente de infarto o accidente cerebrovascular reduce la expectativa de vida 8 a 12 años.
La actividad física de 30 minutos o más al día y al menos 4 veces a la semana incrementa los niveles del colesterol buenos, al igual que el evitar el consumo excesivo de carnes rojas.